Samuel García nació el 28 de diciembre de 1987, precisamente el día de los Santos Inocentes. Curioso, ¿no.? Cuenta con una licenciatura en derecho, maestrías, doctorados en derecho constitucional y gobernabilidad. Si bien su trayectoria académica impide regatearle conocimientos jurídicos y políticos, por otro lado, la ausencia de principios éticos en su joven carrera administrativa, constituye un requisito imprescindible para formar parte de la caterva morenista dedicada a continuar el proceso de devastación de nuestra democracia. ¿Quién, con un mínimo sentido del honor y de amor por México, puede militar en las filas de Morena?
García confirma su inocencia al creer que puede ganar la presidencia en el ´24. Ahora bien, suponiendo sin conceder, que las encuestas llegaran a concederle la posibilidad de llegar a Palacio Nacional, en ese caso, AMLO echaría mano de carpetas y expedientes fiscales, reales o inventados, para someter al iluso, de la misma manera en que ha doblado a decenas de gobernadores de la oposición.
García no es ni será el heredero de la 4T, porque no es miembro de la nomenklatura morenista, por lo que al concluir los comicios federales contaría con 2 opciones: tratar de volver a encabezar el Poder Ejecutivo de Nuevo León, salvo que durante su campaña el gobernador interino haya encontrado hechos constitutivos de delitos con todas sus consecuencias penales, o tal vez incorporarse al desprestigiado cuerpo diplomático o al gobierno de Sheinbaum, en caso de que ésta ganara las elecciones.
La Constitución de Nuevo León establece que si la licencia fuere por más de treinta días naturales. “el Congreso del Estado nombrará al ciudadano que se encargue interinamente del Poder Ejecutivo.” La Corte y el Tribunal Federal Electoral han ratificado la validez de dicha disposición que el pequeño tirano norteño insiste en desconocer con argumentos ingrávidos absolutamente impropios de un doctor en derecho. García exhibe su fragilidad moral al defenderlos públicamente sin el menor pudor, como si la Carta Magna regiomontana no contuviera las reglas para regular el interinato. El que nada debe, nada teme, dice el refrán: entonces, ¿no es clara la resistencia de García a que el Congreso del estado nombre al gobernador interino, sobre todo si la oposición PAN y PRI cuenta con la mayoría calificada, 28 contra 14.? ¿Qué esconde? ¿Acaso pretende echar mano de la tesorería del estado para financiar su campaña al estilo de El Bronco o se sabe vulnerable por otras razones que tal vez AMLO conoce a la perfección.?
¿García estaría dispuesto, con todo y sus doctorados, a desacatar las resoluciones de la Corte y del tribunal electoral con tal de imponer con el uso de la fuerza pública a su heredero, es decir, también mandaría al diablo a las instituciones con la cantaleta retardataria del “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”? ¿La guardia nacional o el ejército o las fuerzas policiacas de Nuevo León van a desalojar por la fuerza al gobernador espurio, para cumplir con la ley? ¿Se judicializará la elección para ganar tiempo y lograr un impasse? García ostenta un doctorado en gobernabilidad y, sin embargo, provoca sin la menor vergüenza una crisis profunda de gobernabilidad en el estado.
García y Dante, por razones inconfesables, se suman al proyecto de AMLO para instalar otro Maximato, para lo cual intentarán arrebatarle el electorado joven a Xóchitl, en un escenario dominado por un gobernador legal y otro espurio, en una coyuntura política indeseable y peligrosa.
Imposible olvidar el tratamiento déspota de García con el que desprecia a legisladores y alcaldes de la oposición. Por su juventud, estaría obligado a sumarse al diseño del México del futuro, el próspero, en lugar de aliarse, como un emboscado, a Morena, un movimiento ultramontano, retardatario y podrido de punta a punta.
“El Frente representa lo viejo”, aduce García. En ese caso ¿Morena es lo nuevo? Si el enemigo a vencer fuera la 4T, ¿por qué no incorporarse a la alianza PAN-PRI-PRD, si, además, no contamos con otro poder superior?
Las mayorías tendríamos que apoyar a Xóchitl para concluir con el caos y con la regresión y, al mismo tiempo, exhibir otro pacto de impunidad suscrito ahora entre AMLO, Dante y García para imponer otro Maximato con todos los daños colaterales. El Congreso regio tiene la palabra en nombre de casi todo México.
Gsz