Solo el año pasado, 72 activistas fueron asesinados en nuestro País, según recuento de la Oficina de la ONU, lo que convierte a México en uno de los lugares más peligrosos para esta actividad en el mundo.
Esto lo traigo a colación con estupor luego del artero asesinato en contra del también activista leonés, Adolfo Enríquez Vanderkam, hecho que ha conmocionado a León y al estado, a más de tener impacto nacional e internacional.
Esta presión, considero, hará que las autoridades finalmente esclarezcan y puedan detener al o los responsables del cobarde crimen, esperando que no solo pueda ser al autor material sino al autor o autores intelectuales.
Los activistas incluidos en el recuento citado fueron defensores de: territorios, agua, derechos humanos, promoción cultural, indígenas, artistas, buscadoras de desaparecidos, abogados, feministas, diversidad sexual, opositores de los megaproyectos, sacerdotes, sindicalistas, ambientalistas y comunicadores.
En 2023 la misma instancia ha documentado por lo menos 13 asesinatos hacia personas defensoras de derechos humanos en México, lista a la que se debe agregar a los activistas en los otros renglones que menciono.
Los periodistas asesinados en México son un renglón aparte, aunque ser periodista es una forma de activismo. En lo que va del actual sexenio han sido ultimados 43 periodistas, lo que también hace de nuestra República una de las regiones más mortíferas del mundo, para esta profesión.
El 2022 fue uno de los años con más homicidios de periodistas con un total de 13, en lo que va de 2023 iban siete, rogando a Dios que no se incluya a los tres que están en calidad de desaparecidos (que no secuestrados) en Taxco, Guerrero.
Veo informaciones de que, según eso, las autoridades están en la búsqueda de ellos, en un estado y ciudad donde las Policías estuvieron desaparecidas para ofrecer seguridad luego del huracán Otis, no se les cree nada.
El video de la hermana de la periodista Silvia Arce y cuñada de Alberto Sánchez, ha conmocionado a las redes en el mundo, porque nos humaniza un hecho y que no debe convertirse en una cifra más.
¿Qué es un activista? La definición que más me convence es la de esa persona que participa activamente en la propaganda de un partido, organismo o sociedad a que pertenece, o practica la acción directa en la lucha por los cambios sociales o políticos que pretende.
Sin embargo, como vemos, esas personas se enfrentan a una realidad, en la que sus pretensiones no van a ser bien vistas y al contrario, serán perseguidas y acalladas.
No es fácil lidiar con regímenes políticos y no lo es convertirse en una molestia para el crimen organizado o la delincuencia común, para las dictaduras, para las oligarquías, para las plutocracias, para los monopolios o para los depredadores del planeta.
En un Estado de derecho no deben ocurrir los asesinatos de activistas, porque en un verdadero Estado de derecho y aún más en un Estado de derecho constitucional, como debería ser nuestro País, no tendría razón de ser la existencia de activistas.
El derecho a la libre expresión y el derecho a la vida no pueden ser coartados y el Estado debe ser el principal garante y defensor de estas libertades, de estos derechos humanos universales.
Como sociedad nos falta mucho por transitar para alcanzar estadios de vida donde sean respetadas todas las garantías individuales, todos los derechos humanos, pero aún más les falta por alcanzar a nuestras autoridades que fueron electas por el pueblo.
Estamos en México en un proceso en que pronto elegiremos o cambiaremos, a nuestras autoridades, a nuestros gobernantes y es momento de analizar a quiénes vamos a escoger, esperando que sean esos que defiendan todas esas garantías, todos esos derechos.
RAA