UNA DE las grandes incógnitas de las próximas elecciones es cuántos votos le dará la Ciudad de México a Claudia Sheinbaum. Ya en 2021, un fuerte porcentaje de los capitalinos le quitó el voto que le había dado a Morena.

Y PARA como van las cosas, podría ser que el castigo a los morenistas se repita en 2024. Uno de los temas clave que se ha detectado tanto en las campañas oficialistas como en las de la oposición, es que la popularidad presidencial ya no les basta para garantizar triunfos en la CDMX.

ENTRE otras cosas, por ejemplo, el tema del transporte es una terrible realidad que viven todos los días millones de mujeres y hombres en la ciudad. Y ahí sí, ni modo de echarle la culpa a Felipe Calderón. Empezando por la trágica caída de la Línea 12 y siguiendo con el cierre de la Línea 1 y parte de la 9, que han generado un auténtico caos citadino y un viacrucis para los pasajeros. A ver si el Metro no se convierte en un tranvía llamado voto de castigo.

 

***

 

NO ES por amargarle el desayuno a nadie, pero la guerra de la fruta con Estados Unidos se puede poner peor. Ya se habla de posibles sanciones al limón colimense y a la naranja veracruzana.

CON ESO de que a Senasica se le cortó a la mitad el presupuesto, la defensa de los productos mexicanos está más magullada que un mango ataulfo.

 

***

 

DENTRO de las filas del panismo se generó cierta inconformidad porque Marko Cortés terminó haciendo un “Alito”. Es decir, se agandalló la primera posición en la lista de senadores plurinominales.

ADEMÁS, hay quejas de que dejó fuera a panistas de peso o larga trayectoria como a Juan Carlos Romero Hicks, a quien lo mandaron a una diputación local en Guanajuato. En cambio, en la quinta posición va Laura Esquivel, cercana colaboradora de Marko… casualmente. Y en el noveno aparece un John Robert Hernández, que no es otro sino aquel Juan Hernández que prometió enlazar a la comunidad migrante con el gobierno de Vicente Fox y quedó a deber.

 

***

 

EL QUE anda muy desesperado en estos días es el actor Eduardo Verástegui, pues su idea de ser presidente de la República no entusiasma ni a sus familiares. Tan es así que, según sus propios cálculos, para lograr el registro ante el INE nomás le faltan… ¡900 mil firmas!

SU DESESPERACIÓN es tan grande que el abanderado ultraderechista ya no sabe a qué santo encomendarse: lo mismo se promueve con fotos al lado de Donald Trump, que invocando a la Virgen de Guadalupe y ahora hasta copiándole la campaña al argentino Javier Milei.

PERO NO TODO es malo para Verástegui. Aunque no llegue a ser Presidente, al menos en febrero, en Brownsville, será electo como Mr. Amigo. Algo es algo.

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *