Como lo he acostumbrado desde hace algunos años, el espacio previo a la Navidad lo dedicamos para reconocer a algún personaje como parte del espíritu de la época de amor al prójimo, como un mensaje de paz, devoción, ejemplos de educación y de esfuerzo, como una forma de enaltecer los valores humanos.

El autor con el exfutbolista argentino y leonés de corazón, Jorge Davino. Foto: Especial

En esta ocasión nos referiremos al ahora exitoso restaurantero y con un lugar ya reconocido en el ámbito nacional de la industria gastronómica, como lo es Jorge Manuel Davino Bianchini, conocido también por sus sobrenombres de “Cholín” y “Tarzán” en los años de éxito como futbolista, de origen argentino, bonaerense, actualmente con 78 años de edad.

Desde 1970, año en que arribó a esta ciudad para jugar como mediocampista o centrocampista, como también se les denominaba, en el equipo de futbol de León, fue acogido con beneplácito por la afición leonesa siempre muy exigente con quienes integraban el equipo local, destacando por su fortaleza de juego, su físico atlético, corpulento e imponente apto para confrontar al contendiente inclusive en el choque violento o rudo; además de que no llegó solo sino que fue acompañado durante esa época por otros jugadores argentinos como el de muy alta técnica futbolista, como Valiente, Albrecht y Salomone un goleador tremendo, insaciable (quien en un solo partido llegó a anotar siete goles), quizá como ningún otro haya tenido el León, pues si bien “El Dumbo” López, Mauro Boselli y el propio Evanivaldo Castro “Cabinho” son miembros de esa estirpe, me parece que la velocidad y pique de Salomone han sido incomparables. De tal manera que Jorge Davino supo sobresalir tanto con sus compañeros extranjeros, como con los elementos locales de mayor valía.

Después de concluir su ciclo en el equipo León fue contratado por los equipos de las ciudades de Puebla y de San Luis Potosí durante algunos años, pero cuando terminó esa carrera futbolística profesional, en palabras de él mismo, en diversas entrevistas en este mismo diario, regresó a León “para vivir en el paraíso” (am.com.mx 20/08/2014).

Ya radicado en definitiva en nuestra ciudad, como muchos otros extranjeros que han adoptado a León como su tierra, decidió dedicarse a los servicios de restaurante, motivado también por cierta inspiración y gusto por sus recetas y costumbres de familia. La tarea no fue fácil, lo recordamos en etapas difíciles por cuestiones económicas en donde muchos de nosotros de alguna forma contribuimos a hacer más llevaderas sus angustias y compromisos para que con tiempo, siempre con buen ánimo, lograra cubrir y desahogar sus obligaciones.

Contribuyeron mucho para superar sus vicisitudes y dificultades la unión familiar con su esposa y sus hijos inmersos con la vocación futbolística de su padre, quizás ya dentro de su sangre, en donde después de mucho esfuerzo práctica, enseñanzas y ejemplo paterno lograron incursionar en el futbol profesional, ya en las etapas de futbol moderno y muy comercial con jugosos contratos dada su fina clase en el manejo del balón, siendo así primero Flavio y consecutivamente Duilio, lograron apoyar a sus padres con el gran desahogo económico que tuvieron durante prolongados años de fortuna y de ser seleccionados mexicanos, con su etiqueta de cien por ciento leoneses, herencia que nos ha dejado Davino para bien de nuestra querida ciudad.

Con sus dos restaurantes y una escuela de preparación y entrenamiento de futbol que poco a poco va consolidando, ahora mantiene una estabilidad como nunca, pero también es dable resaltar que ha sido por la calidad de su servicio, de la selección de sus ingredientes, especialmente de los cortes de carne que nos brinda pero más que nada su presencia personal, su calidez y esmero, así como la permanencia de gran parte de su personal bien identificados con el espíritu de Davino, su lealtad y atención que logran en los clientes y comensales que terminen satisfechos, regresen a sus negocios y sobre todo que lo recomienden. ¡Un saludo y una feliz navidad para Jorge Davino, su familia y todos nuestros amables lectores!

 

RAA

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