¡Saludos que alertan! Padres de familia: La lectura puede igualar a los mexicanos con un hábito que ejercitemos desde temprana edad: todos estamos invitados a ser lectores. BELIEVE IT NOT, YOU NEED TO READ. 

Este cuento necesita 10 minutos para ser leído, dirigido a niños de 4 años. Los lugares donde se desarrolla son:  Casa de Jack, camino al mercado, cielo, casa del Gigante. Algunos de los valores que se desarrollan son: Cumplir la palabra dada, valor y astucia. Leamos: 

“Érase una vez una pobre viuda que sólo tenía un hijo y una vaca. Gracias a la leche de la vaca, la madre y el hijo seguían vivos. Pero un buen día, Lecheblanca -que así se llamaba la vaca-, dejó de dar leche y la mujer no sabía qué hacer. Después de pensarlo mucho, dijo a su hijo: -Jack, lo mejor será vender a Lecheblanca en el mercado. Con el dinero que nos den, abriremos una tienda. Al día siguiente, Jack se fue a vender la vaca. En el camino se encontró con un hombre desconocido que, sin embargo, sabía su nombre. -Buenos días, Jack, ¿adónde vas? -voy al mercado a vender la vaca. -pues te propongo un buen trato -le dijo aquel hombre extraño-. Si tú me das la vaca, yo te daré cinco judías mágicas. Si las plantas por la tarde, durante la noche crecerán hasta el cielo. Si eso no sucediera, yo te devolveré la vaca. -si es así, estoy conforme- contestó Jack. 

El muchacho guardó las judías y se fue para su casa. En cuanto llegó, la madre le preguntó: -hijo, ¿has vendido bien a Lecheblanca? ¿te han dado mucho dinero? Jack contestó: – ¡No te lo puedes ni imaginar! madre, he cambiado a nuestra vaca por estas judías mágicas. Al ver las judías que su hijo tenía en la mano, la madre empezó a gritar: -¡qué tonto y estúpido eres! lo único que te mereces es que tire tus judías por la ventana. Y además, ahora mismo te irás a la cama sin cenar. La madre arrojó las judías por la ventana y Jack se fue a dormir sin probar ni un bocado. 

Cuando a la mañana siguiente se levantó, el muchacho se quedó asombrado. En el jardín crecían unas enormes matas de judías, tan altas, tan altas que llegaban hasta el cielo, Jack trepó por ellas y, con mucho esfuerzo, llegó hasta las nubes. Lo primero que vio en el cielo fue una calle anchísima, se puso a caminar y se encontró con una casa gigantesca. En la puerta, había una mujer grande y gorda a la que saludó: -¡buenos días, señora! ¿sería usted tan amable de darme algo para desayunar? -¡vaya, vaya! exclamó la giganta-. Esto sí que es gracioso. Si no te vas de aquí inmediatamente, tú serás el desayuno de mi marido, que es un ogro devorador de hombres. Deme algo de comer por favor, señora. Que me estoy muriendo de hambre. La mujer del ogro, que no era tan mala como parecía, le llevó a la cocina y le dio pan, queso y un vaso de leche. 

El muchacho no había acabado de desayunar cuando oyó unos golpes terribles: «plas, plas, plas, plas», que hacían temblar toda la casa. Entonces la mujer le dijo; mi marido se está acercando. Si quieres seguir vivo, tendrás que meterte dentro del horno. Inmediatamente después, se presentó el dueño de la casa. Era un ogro gigantesco de mirada cruel. En sus manos traía dos terneras. las colocó encima de la mesa y, mientras las desataba, ordenó a su mujer: -ázame estas dos terneras para el desayuno. Por cierto, aquí huele a carne humana. -¡Tonterías tuyas!-exclamó la mujer. Vete a lavarte y arréglate un poco. Cuando hayas terminado, tendrás el desayuno en la mesa. 

El ogro desayunó gigantescamente y luego fue por dos saquitos con monedas de oro: Las sacó, las contó, las volvió a colocar en su sitio y se durmió. Al poco rato, se puso a roncar encima de la mesa…” Nos leeremos en la próxima. 

El Pilón Filosófico: “Está claro que los lectores siempre están llevando la delantera”. 
Editorial: Silver Dolphin. Precio: $ 300. Capturista: Mónica Caballero. 

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