Todo indica que la 4T se quedará con las ganas de sacarle raja política al homicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta, que el 23 de marzo cumplirá 30 años de ocurrido.
Primero porque, de manera elegante y precisa, Luis Donaldo Colosio Riojas pidió que se indulte al asesino de su padre y se le dé carpetazo final al asunto, ante el intento de abrir oootra vez el caso.
Si algo tiene claro el emecista, porque lo ha padecido a lo largo de su vida, es que cada vez que hay elecciones, las autoridades en turno buscan revivir las investigaciones del crimen contra el priista. Habrá que ver si AMLO acepta la propuesta del alcalde regiomontano, quien prefiere que “sanemos”, en lugar de que sigan usando políticamente su drama familiar.
A eso se suma que en la Suprema Corte el ministro Jorge Pardo trae entre manos una decisión crucial sobre el mismo asunto. Hace un mes admitió el recurso promovido por la FGR para revisar el amparo concedido a Mario Aburto que prácticamente dejó sin efecto su condena a 45 años de cárcel.
El litigio de fondo es si el asesino confeso debe ser juzgado por la ley federal -debido a que atacó a un candidato presidencial, que era senador con licencia-, o si debe ser juzgado por homicidio de acuerdo con las leyes de Baja California, dado que el asesinato fue en Tijuana. De ser la segunda opción, la ley le permitiría salir ya de la cárcel.
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Existe inconformidad entre varios grupos de la sociedad civil que le dieron el impulso inicial a Xóchitl Gálvez, para convertirse en la candidata opositora a la Presidencia.
Se quejan de que, lejos de abrirle espacios a la ciudadanía, la alianza integró sus listas de candidatos con las nomenklaturas de los partidos. Y hasta en el equipo de campaña, se ven pocas caras nuevas. Pareciera que el mensaje a los colectivos civiles es: “ustedes pongan los votos, que nosotros pondremos a los de siempre”.
De ahí que algunos se preguntan si vale la pena que Xóchitl Gálvez siga cargando con las burocracias parasitarias, perdón, partidarias o si, de plano, es tiempo de sacudirse de ellas.
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Una duda: ¿por qué Jorge Álvarez Máynez no fue invitado el fin de semana a la gran ceremonia de Movimiento Ciudadano en Jalisco? La pregunta obedece a que fue muuuy notoria la ausencia del abanderado presidencial en la reunión donde se ungió formalmente a Pablo Lemus para la gubernatura, así como a quienes pelearán por las alcaldías jaliscienses. Ni modo de pensar que el distanciamiento de Enrique Alfaro con MC provocó que le dieran esquinazo a su candidato a la Presidencia.