Las elecciones presidenciales en Estados Unidos tendrán lugar el próximo 5 de noviembre. Están ya a la vuelta de la esquina, pues se efectuarán tan solo cinco meses después de las nuestras. Así que pronto comenzará una disputa muy reñida entre el actual presidente Joe Biden y Donald Trump. Y sobra añadir que es cien por ciento seguro que el tema de la inmigración ilegal será, de aquí en adelante, mencionado en la prensa estadounidense un día sí y otro también.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza del gobierno del país vecino lleva un registro diario de lo que llama “encuentros”. Estos incluyen tanto las detenciones como las expulsiones de los emigrantes ilegales, las cuales se dan mayormente, en un ochenta por ciento, en la frontera que compartimos con ellos. Los mexicanos ocupamos el primer lugar latinoamericano en las cifras de esos “encuentros”. Por otro lado, los migrantes del llamado Triángulo Norte Centroamericano, compuesto por Guatemala, Honduras y El Salvador, ya no obtienen el segundo lugar, pues han sido desplazados por las personas que escapan de las dictaduras en Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Dada la más que probada incompetencia del gobierno mexicano en materia de crecimiento económico, no debe sorprender que nuestro país siga sobresaliendo en su aportación a la migración internacional. Aún hoy, más de una quinta parte de todos los encuentros registrados por la mencionada oficina corresponden a compatriotas nuestros.

Durante el año 2023, dicha agencia reportó 760 mil ocasiones en que un mexicano fue detenido o expulsado en Estados Unidos. Es decir, cada mes hubo un promedio de más de 63 mil encuentros. Este último número, 63, pero ahora en miles de millones de dólares, se aproxima curiosamente a las remesas que los migrantes que viven en el extranjero mandaron el año pasado a México y que mucho ayudan para reducir acá la pobreza. La gran mayoría de esas transferencias fueron hechas por mexicanos honorables y muy trabajadores, aunque seguramente algunas estaban ligadas al narcotráfico.

¿Qué proponen Biden y Trump para detener la oleada de migrantes que siguen tratando de llegar día con día a Estados Unidos? Las propuestas de este último son más radicales que las que hizo cuando era presidente. Llegando de nuevo al poder, dice Trump, trataría de deportar a los millones de inmigrantes ilegales que radican allá, independientemente del número de años de su estancia en el país vecino. Además, trataría de despojar de su ciudadanía a los hijos de esos inmigrantes ilegales, a la que tienen derecho por haber nacido en Estados Unidos. Finalmente, engrosaría las filas de los agentes fronterizos echando mano de miles de los soldados estacionados en el extranjero.

Como se esperaría de un miembro del Partido Demócrata, la postura de Biden es un tanto menos radical. No obstante, su gobierno ya ha puesto más requisitos para conceder el asilo a un migrante, ha agilizado el proceso de deportación de los inmigrantes ilegales que son aprehendidos y ha, inclusive, propuesto cerrar de vez en vez la frontera a los migrantes, una vez que el número de encuentros diarios exceda un cierto umbral.

¿Cuál será la política migratoria del gobierno mexicano el próximo sexenio? Este asunto será seguramente debatido a partir de este marzo en las campañas presidenciales.   

* Investigador emérito del SNI

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