El presidente ha presentado 20 iniciativas de reformas legales, 18 de ellas constitucionales, para el final de su sexenio. Todos sabemos que prácticamente todas están condenadas al fracaso, la oposición puede bloquearlas dado que la 4T no cuenta con la mayoría calificada para su aprobación.

Y sí, es cierto que López Obrador quiere incidir en la elección y su paquete de propuestas que van desde proteger a los animales, reformar la totalidad del Poder Judicial, eliminar diputados y senadores plurinominales o incluso hasta equiparar el fentanilo con los vapeadores, se vuelven el canal perfecto para ello.

Y sí, es cierto también que esto suena a una especie de camisa de varas para Claudia Sheinbaum que no tiene más remedio que respaldar a López Obrador, aunque en su equipo cercano están en contra de muchos de los radicalismos del presidente que, dicen, se terminarán quitando una vez asienten en el poder, si ganan la elección.

Y sí, es cierto que el presidente va a decir que por culpa de la oposición no se puede avanzar en la transformación y que los culpará de todos los fracasos del país a base de majaderías, pataletas y berrinches.

Pero entonces, si en la oposición están conscientes de todo esto, ¿por qué le compran la narrativa?, ¿por qué no aprovechan la coyuntura para formular la propia?, ¿por qué no piensan en su mercado electoral en lugar de seguir hablándose entre ellos mismos?, ¿por qué gana de nuevo la estrategia rancia?, ¿por qué la reticencia a pensar fuera de la caja?

Por ejemplo, en el tema de pensiones, poco importa la reforma del presidente que solo le habla a un porcentaje mínimo de la población, ¿no le parecen atractivos a la oposición los más de 30 millones de trabajadores en la informalidad que no tendrán ningún tipo de apoyo en su retiro?, ¿no podrían aprovechar esta coyuntura para plantear una real reforma a la seguridad social mediante, por ejemplo, la defensa de las sociedades público privadas?, ¿no ven la oportunidad de defender al libre mercado y otros valores muy dignos en la derecha?, ¿por qué se avergüenzan de sí mismos?

Y es que, si a fin de cuentas ninguna reforma pasará, podría ser un gran momento para aprovechar la ausencia de propuestas y jugar en la arena legislativa con ideas que son urgentes para ir resolviendo los problemas del país.

Otro ejemplo va por la reforma al Poder Judicial, sí, sí, sí, ya la oposición ha denunciado hasta el hartazgo la propuesta populista de elegir a ministros, magistrados y jueces, pero no han dicho nada del fracaso de nuestro sistema de justicia, de la impunidad que rebasa el 90% en casi todos los delitos, de que requerimos capacitación urgente en los ministerios públicos y la contratación de más personal. Frente al discurso de aplicar tijera al Poder Judicial la respuesta, con argumentos, podría ser la de otorgar más presupuesto explicando la sobrecarga de trabajo a la que están sometidos los jueces, pero parece que les gana la politiquería.

En fin, lo que podría ser un gran debate nacional será un letargo, un remedio más para el insomnio, una dosis de más sopor y flojera.

De Colofón

Se lo adelanté la semana pasada en estas páginas, un problema en la vida personal de López Obrador lo llevó a radicalizarse proponiendo la prohibición ¡constitucional! de los vapeadores.

La idea vino de Hugo López-Gatell, el tristemente célebre “Doctor Muerte“, que tuvo uno de los peores manejos de la pandemia a nivel global y que se ha aprovechado de la situación personal del presidente para venderle el prohibicionismo.

Los países que han optado por la restricción o la prohibición de los vapes sobre la regulación hoy pagan un precio alto, como Australia, donde el mercado es controlado por mafias internacionales y se ha vuelto un importante generador de violencia.

Caso contrario en Reino Unido, donde el gobierno fomenta el uso de vapes sobre el cigarrillo tradicional, que basado en datos y ciencia han demostrado ser significativamente menos dañino y además ha reducido el tabaquismo en los últimos año.

No tenemos que inventar el hilo negro, ahí están los ejemplos del mundo… Que no nos sorprenda si en un futuro vemos más masacres por el control del mercado de los vapeadores, ¿qué necesidad?

Y todavía faltan 234 días para que termine el sexenio.

 

@LuisCardenasMX

 

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