Marcos 8, 11-13

~ ¿Por qué esta generación pide una señal? ~

Como Jesús acaba de multiplicar los panes; los fariseos, que fueron los primeros en leer ese signo, como éxodo liberador, pero ahora propuesto para los paganos, no se tardan en cuestionar su poder. La señal que le piden, no es cualquier señal, exigen una señal espectacular —Cfr. Sal 78,24; 105,40—; aquella que demuestre una intervención divina extraordinaria. Quieren ver en Jesús un mesianismo inspirado en Moisés; insisten en que si Jesús se está postulando como liberador del pueblo, lo haga con el espíritu de Moisés, poniendo a Israel sobre todos los pueblos. 

 

Jesús no les dará otra señal. Porque las que acaba de dar, son suficientes; necesitan leerlas con atención: la nueva señal es que Dios es para todos, no tiene frontera. Israel ya no es el único pueblo que Dios quiere. La nueva señal es la liberación del hombre de la ignorancia, el pecado, la enfermedad y la muerte.

 

La generación que ya no recibirá señal alguna, es la generación infiel a Dios, la que se ha pervertido y ha manipulado la ley. 

 

Esta generación tendrá que discernir el signo de todos los signos: la humillación del Hijo de Dios que muere en la cruz, su resurrección al tercer día y su exaltación sobre toda la creación. Tendrán que discernir el amor de Dios al hombre, su amistad.

 

Es posible que nosotros, nuevos fariseos, de cuando en cuando exijamos señales del cielo. En un día como hoy, nos conviene invertir esta demanda y hacer propia la señal de Jesús. Quienes tenemos una fe firme, estamos obligados a reproducir señales de Jesús: su liberación para los demás, su amor, el servicio mutuo, la amistad y el sacrificio.

 

¿Cuánto tiene que no sirvo de señal para los demás? 

 

Si Jesús no nos dará una señal más, es porque a nosotros nos toca seguir provocando al mundo, con su propuesta, con su estilo de vida, con señales capaces de transformar realidades.

 

¿Qué señal puedo realizar este día, para que alguien sienta la presencia viva de Jesús?

 

Oración:

Señor Jesús, después de escucharte, descubro que muchas veces, estoy deslumbrado por falsos brillos de la persona humana; quizás me he dejado llevar por señales convencionales. Deseo desde lo más profundo, hacer vida la simplicidad de tus señales. Indúceme a realizarme en signos sencillos de amor y servicio a los demás. Que pueda superar lo intrincado de mis estructuras laborales y sociales, para que aparezca lo esencial de tu doctrina.

Ayúdanos en mi familia, para que todos, seamos capaces de producir signos de justicia, de paz y amor. Amén. 

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