“El autoritarismo atrae, simplemente, a la gente que no puede tolerar la complejidad; no hay nada intrínsecamente izquierdista o derechista en este instinto”. 

Anne Applebaum, The Twilight of Democracy

Detrás de una fachada supuestamente progresista, incluso liberal, el presidente López Obrador ha revelado ahora un ánimo conservador y autoritario. Nunca ha quedado esto más claro que en sus propuestas de reformas constitucionales del 5 de febrero. Aunque sabe que no serán aprobadas por el Congreso, busca convertirlas en un instrumento para intervenir en la campaña electoral. El paquete, además, revela el país con el que sueña, y no es un sueño ni progresista ni liberal. 

AMLO pretende tocar 51 de los 136 artículos de la Constitución después de los 62 que ya ha reformado. Quiere convertirse en un gran legislador, sin pasar por los incómodos congresos en los que puedan discutirse posiciones diferentes, como ocurrió con los constituyentes de 1917 o 1857. Las iniciativas son muy distintas, pero en conjunto buscan concentrar el poder en el ejecutivo. 

Un ejemplo lo vemos en la intención de eliminar, ahora sí, los legisladores de representación proporcional. Si bien en 2022 el presidente dijo que descartaría los diputados y senadores plurinominales, su iniciativa hacía exactamente lo contrario: dejaba solo representación proporcional. Quizá ahora le explicaron mejor al presidente, porque ha ofrecido una iniciativa que sí elimina los plurinominales y deja solo legisladores de mayoría relativa. Esta depuración, claro, fortalecería a Morena, o a cualquier partido hegemónico, y dejaría una participación legislativa mucho más reducida a los partidos pequeños. La representación proporcional, sin embargo, fue una exigencia de los partidos progresistas y liberales cuando el PRI era hegemónico. López Obrador asume hoy la postura del viejo PRI autoritario. La elección de consejeros del INE por voto popular, además, ayudaría al partido dominante a tomar control de las elecciones. 

Este mismo intento por concentrar el poder está presente en la iniciativa para transformar el poder judicial. Lo menos relevante es la reducción del número de ministros, de 11 a nueve, aunque esto generaría problemas para conformar, con participación impar, las dos salas en que se divide actualmente la Suprema Corte. La elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros politizaría al tribunal y le daría al partido dominante el control del poder judicial, ahora que ya tiene el ejecutivo y mayoría absoluta en el legislativo. La iniciativa destituiría a miles de jueces, magistrados y ministros para ser reemplazados por los que surjan de un proceso dominado por el partido más popular. Sería como elegir a los árbitros del futbol por voto popular para que favorecieran a los equipos más populares. Otro retroceso sería la eliminación de los organismos autónomos que hoy representan contrapesos ante el ejecutivo. 

Al contrario de lo que decía López Obrador cuando estaba en la oposición, y se oponía vigorosamente a la militarización de la seguridad pública, hoy busca nuevamente colocar a la Guardia Nacional bajo el control de la Secretaría de la Defensa. Esto es lamentable, especialmente en un país que, como México, logró escapar de las dictaduras militares de Latinoamérica de la década de 1970. 

Un presidente que llegó al poder pretendiendo ser liberal y progresista se muestra hoy conservador y autoritario. Quiere regresar a los tiempos en que todo el poder se concentraba en el presidente y su partido. Además, tilda de conservadores, cuando no de traidores a la patria, a quienes defienden posiciones liberales o progresistas. Es triste. 

¿Manipulación?

En 2023 SLP reportó una caída de 22 por ciento en homicidios dolosos, pero una subida de 34 por ciento en los culposos. La CDMX registró solo 708 víctimas de homicidio doloso, pero 3,056 de otros delitos contra la vida y la integridad personal. Guerrero informó de 15 feminicidios, pero hay 55 homicidios de mujeres con crueldad extrema. ¿Se están manipulando las cifras? Es una pregunta de Causa en Común. 

www.sergiosarmiento.com

 

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