Queridas víctimas de esta columna: al igual que muchos de ustedes, de jueves a domingo tendremos en nuestro Liondres de 50 mil a 70 mil visitantes de la Motofiesta que se hace Motopachanga con el rugir de tantos motores. Todo sea por la derrama económica en este encuentro que es considerado el más grande de América Latina. Sortearemos desde nuestros coches a estos vehículos que se cuelan por todos los espacios posibles en este río de movilidad que se hizo ya la ciudad.
Para movernos los 2 millones de habitantes, recurrimos a todo lo que tenemos a nuestro alcance. La movilidad son todas aquellas decisiones que hacen los habitantes de una localidad para trasladarse de un origen a un destino. Somos pioneros nacionales en transporte colectivo con nuestra “oruga” y hemos sido líderes en la movilidad de ciudadanos que usan bicicletas, pues la densidad de ciclovías nos ubica como una de las 3 ciudades que más facilitan el traslado con este medio.
León fue un “pueblo bicicletero” por la enorme densidad de bicicletas, pero con el crecimiento urbano, las distancias y la evolución económica, muchos ciudadanos buscaron migrar a otro medio más rápido y económico al no alcanzar a adquirir un coche.
Las motos tienen un incremento enorme. La bicicleta se ubica entre el 5% y el 7% del total de viajes, en tanto que el taxi anda entre el 2% y el 3% considerado ya el boom de los transportes ejecutivo y de plataforma. El transporte público oscila entre el 35% y 40% y el automóvil es el de mayor uso, pues los viajes están entre el 50% y el 60%. En este cálculo, las motocicletas han subido del 3% que tenían, para oscilar ya entre el 5% y el 7%. Cada vez somos una ciudad que utiliza la motocicleta, aunque no está diseñada para que convivan con los vehículos. Las motocicletas tienden a crecer más en número y viajes. Son un medio práctico, económico, rápido, pero también, de enorme riesgo. Viajar en motocicleta tiene el mayor riesgo en el País. Los datos de las áreas municipales de tránsito y de transporte nos ayudan a corroborar esta realidad.
Los motociclistas en León tienen como principales motivos: trabajo, motivos familiares, traslado de mercancías e incluso traslado a la escuela. El incremento de la motocicleta seguirá, pues las clases medias-bajas lo requieren. Tienen un costo promedio de 20 mil-30 mil pesos y bajos gastos de combustible y mantenimiento, por lo que tendremos cada vez más probabilidad de encontrarnos con una de ellas en la calle. Visto como segmentos de mercado, tenemos tres: motociclistas que sustituyeron la bici por moto, motos que se usan para trabajo de reparto de mercancías y motos deportivas que se usan por clases medias como diversión. Su porcentaje en León está en: 60, 30 y 10% respectivamente. Un porcentaje alto de los motociclistas reconoce que su principal ventaja es la velocidad pues puede invadir todos los carriles y rebasar a los coches. Tenemos hoy más de 150 mil motos en León y tendremos que aprender a reglamentar y a respetar, para evitar que se incrementen los números de siniestros, pues tendremos motos para siempre.
Por nuestra ubicación geográfica, León es atractivo para que se realice en febrero, la Motofiesta que congrega a miles de motociclistas que como decía, dejan derrama económica y por eso tenemos que “aguantar vara” de tantas motos que nos visitan estos días.
Sufriremos el ruido y el tráfico de la “motopachanga”. Dicen textos especializados que el gusto por las motos en los países occidentales se debe a una particular manera de ver el mundo y de entenderse a ellos mismos. Por eso, se congregan y forman tribus para festejar sus gustos comunes. Eso es la “motofiesta”. Abarrotan hoteles y hostales; conviven en restaurantes, asisten a conciertos y comparten su visión de la vida. Quienes gustan de las motos van desplegando esa cultura que les da seguridad al montar su vehículo. Así, la ciudad tendrá que bendecir a estos visitantes, con tal de que dejen dinero en hoteles, restaurantes, tiendas, gasolineras. Así es León, ciudad de visitantes y cada año, de “motopachanga”.