Sorpresiva resultó la asignación de tareas específicas en el primer círculo de Claudia Sheinbaum a dos personajes que parecían lejanos. Uno es Marcelo Ebrard, a quien le encargaron la relación con la sociedad civil y mexicanos en el extranjero.
Eso significa que Ebrard no sólo reactivará sus contactos de altísimo nivel como canciller, sino que es el relevista de Sheinbaum en caso de que vuelva a ganar Donald Trump la Casa Blanca, dado que le tocó lidiar con él en su primer mandato.
El otro es Manuel Velasco, quien fue designado como el encargado de la política de alianzas, que en realidad es tender puentes con adversarios del PRI y MC e incluso del PAN, para lo que se ofrezca.
Por cierto: se dice que el ex priista Alejandro Murat, ex gobernador de Oaxaca, no irá postulado por el Partido Verde sino por Morena, lo mismo que Alfonso Cepeda, el líder nacional del SNTE. Así que nadie se extrañe si en el mitin de inicio formal de la campaña electoral de Sheinbaum, aparecen nutridos contingentes magisteriales.
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El discurso de inicio de campaña de Xóchitl Gálvez no dejó dudas de su interés por el tono de la política de seguridad. Puso énfasis en el apoyo de las policías estatales y municipales, mejorar sus condiciones salariales y construir tres megaprisiones de alta seguridad.
Y fue clara al decir que el Ejército debe combatir al narcotráfico y dejar sus tareas de obras públicas. Al final no promueve el regreso de las Fuerzas Armadas a los cuarteles sino su presencia en la calle. “Se acabaron los abrazos a criminales y se aplicará la ley“, advirtió.
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A propósito de cuestiones electorales, resulta muy sintomático que tanto Joe Biden como Donald Trump hayan estado ayer en la frontera con México. La crisis migratoria se ha metido de lleno en la contienda presidencial de Estados Unidos, lo cual significa que nuestro país quedará en medio del intenso jaloneo entre republicanos y demócratas.
En ese contexto, resulta curioso que el presidente Andrés Manuel López Obrador esté optando por una línea discursiva de confrontación con Estados Unidos y Canadá. Evidentemente, la maniobra no es casual ni una simple ocurrencia, pero nadie puede tener certeza de hacia dónde pretende llegar el mandatario.
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Cuando sólo faltan siete meses para que concluya este gobierno, ya hay oootro director del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El que se va es Carlos Velázquez Tiscareño y llega el contralmirante José Ramón Rivera Parga, quien será el quinto en ocupar el cargo. Funcionarios van, funcionarios vienen, pero el AICM sigue volando bajo, muy bajo.