Al investigar el tema del “Estado 33“, me encontré con esta poderosa afirmación: “Somos un país de 170 millones, divididos solo por un río.” En efecto, si los mexicanos de ambos lados de la frontera nos tomáramos de la mano para alcanzar un fin común, nuestra fuerza económica, política y social sería definitiva y aplastante. Nunca mejor que ahora es válido aquello de: “La unión hace la fuerza.” 

Vayamos a las cifras: 1 de cada 5 mexicanos vive en Estados Unidos. 10 millones de nuestros paisanos (la inmensa mayoría de ellos cruzaron la frontera en condiciones infamantes), al día de hoy envían un promedio de 500 dólares al mes a sus familias radicadas en territorio nacional, por lo que cuentan con una gran autoridad moral sobre sus parientes beneficiarios de las remesas. Digámoslo en términos lacónicos: Cada mexicano que envía recursos de EU influye directamente en 5 miembros de su familia en México, por lo que, una vez convencidos de la inseguridad pública y de catástrofe sanitaria y educativa, podrían condicionar el envío de dinero a sus familiares en la medida en que se abstengan de votar por Morena. No se trata de impedir que manden sus recursos, sino de que, una vez informados del desastre de la 4T, voten por el partido que implique más beneficios para los suyos. 

Nuestros paisanos mandan con enormes empeños una parte importante de sus recursos con la esperanza de ayudar a sus familiares para que éstos gocen de mejores condiciones de salud. Bien, de acuerdo, pero ignoran que AMLO quebró el Seguro Popular y el Insabi y hoy en día 55 millones de compatriotas radicados en México, carecen de servicios públicos de salud. Mandan las remesas, deseosos de que los suyos puedan comprar medicamentos y aliviar, así, cualquier mal, sí, pero ¡oh!, sorpresa, en México tampoco hay suficientes medicinas, por lo que sus esfuerzos se desperdician. Si lo que deseaban era mejorar la calidad educativa de sus parientes, también deben saber que AMLO destruyó el sistema educativo y hoy los libros de texto sirven para embrutecer y atrasar a los estudiantes. De la seguridad pública ni hablemos: ¿Acaso sabrán que cada 15 minutos asesinan a un mexicano, cada hora desaparece un compatriota y cada día matan a 12 mujeres, sin consecuencias penales para los criminales? Morena perjudica a quienes ellos pretenden ayudar.

AMLO compra, con cargo al tesoro público, la voluntad electoral de los sectores vulnerables a través de sus programas “sociales”, es decir, lucra políticamente con la desesperación de los sectores marginados al “regalar” el equivalente a 30 mil millones de dólares para mantener su nivel de aprobación. Pues bien, los migrantes, envían generosamente el doble, o sea, 60 mil millones de dólares, no sólo sin ser reconocidos por su esfuerzo, sino que, de buena fe y engañados, ayudan a construir una autocracia que ha aumentado en millones el número de pobres. Si estuvieran informados, convencerían a 5 de sus dependientes de la trascendencia de no votar por un gobierno que perjudica a sus familiares y frustra sus enormes sacrificios.

Una parte de la clase media de México hoy vive en EU. Según el INEGI, el salario promedio por hogar en la CDMX es de poco más de 11 ml dólares anuales, solo que en Los Ángeles es de 43 mil, o sea, 4 veces más. A los migrantes les interesa revivir el programa 3X1 que consistía en una asociación con el gobierno federal, los estados y los municipios, para llevar a cabo conjuntamente obras de infraestructura social básica, educativa, deportiva y de la salud, una gran idea para elevar la calidad de vida en los sectores deprimidos en nuestro país.

Se trata de que los migrantes cuenten con representación en el Congreso de la Unión y en los congresos locales, que tengan voz y voto, que reciban de los consulados un trato eficiente y respetuoso, sin que se les vea como una carga indeseable, cuando de ellos depende una parte fundamental de nuestra economía. Nunca olvidemos que en EU el PIB latino alcanzó $3.2 trillones de dólares en 2021 y que, si fuéramos un país, ocuparíamos el quinto lugar entre las economías del mundo.

Cerremos el puño y apoyemos la construcción de un “Estado 33”, más aún ahora que Trump amenaza con volver al poder con un vicepresidente como Gregg Abbott, gobernador de Texas, un furibundo anti mexicano. Es hora.

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