La ausencia de Claudia Sheinbaum del foro de CitiBanamex en el que sí participaron Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez generó dudas sobre la manera en la que arma su agenda la candidata de la 4T.

Hay quienes se preguntan si la estrategia es alejarse de cualquier público que le pueda ser adverso, toda vez que tampoco ha acudido al ITAM ni tiene previsto ir a la Ibero.

De hecho, los memoriosos recordaron cuando en 2012 el aspirante presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, terminó refugiado en un baño de esa universidad, lo que generó el movimiento #YoSoy132 que se convirtió en un jugoso insumo de campaña para su adversario de entonces, Andrés Manuel López Obrador.

El problema ahora es que la relación de la Compañía de Jesús y prominentes directivos de la Ibero no es la mejor con la Presidencia e incluso la labor en favor de los derechos humanos de los jesuitas ha sido desacreditada desde Palacio Nacional.

¿Será que la morenista mantendrá su decisión de no ir a la Ibero o el costo de la rechifla en Banamex cambiará su agenda? Es pregunta en el calendario.

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Llamó la atención la discrepancia entre Xóchitl Gálvez y el dirigente del PAN, Marko Cortés, sobre la refinería de Tula.

Mientras el panista exigió el cierre inmediato de esa instalación de Pemex por la contaminación que genera, la candidata presidencial le echó coco al asunto y puso sobre la mesa dos planes.

El primero es modernizar la refinería, pero quizás el más relevante es que la termoeléctrica de la CFE ubicada en esa misma ciudad hidalguense deje de quemar combustóleo y funcione con gas natural, acción que lleva al menos seis años rezagada pues no se ha completado un gasoducto.

Quienes saben del asunto afirman que dio en el clavo, pues se sabe que las centrales eléctricas a gas emiten hasta 30 por ciento menos contaminantes.

Otros dicen que el razonamiento es más simple y tiene que ver con que ella es de Hidalgo y sabe lo que vale esa obra.

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Si la situación entre el gobierno y los padres de los normalistas de Ayotzinapa ya estaba tensa tras la irrupción en Palacio Nacional el miércoles, la muerte de un estudiante de esa normal ocurrida en Chilpancingo tras un enfrentamiento con la policía estatal puso las cosas al rojo vivo.

Cuentan que el hecho fue visto con malos ojos en la administración federal, pues consideran que la gobernadora morenista de Guerrero, Evelyn Salgado, lejos de ayudar, está complicando la situación.

Y es que lleva casi dos años y medio sin mover un dedo para desactivar el conflicto y, ahora que su gobierno actuó, lo único que logró fue avivarlo.

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