La ciudad de Chilpancingo hoy amanece en pie de guerra, luego de que el jueves pasado un normalista de Ayotzinapa, de nombre Yanqui Rothan Gómez Peralta, fue asesinado por policías estatales en un retén.
El fin de semana fue tenso en la capital de Guerrero, ante el temor de que se desatara una ola violenta de protestas por parte de los estudiantes, luego del crimen cometido por quienes supuestamente debían guardar el orden. Las calles de Chilpancingo estuvieron vacías, los edificios públicos fueron amurallados y el gobierno federal mandó abrazos con un convoy de 300 elementos de la Guardia Nacional.
Todo esto mientras la gobernadora Evelyn Salgado sigue sin dar la cara. De hecho, ayer su secretario de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, se reunió de manera informal con líderes estudiantiles. Tan poco serio fue el asunto, que la plática se realizó… ¡en un supermercado!
Luego de la muerte de su compañero, los normalistas exigen, de inmediato, que los reciba la gobernadora, cosa que la morenista no parece muy interesada en concederles.
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Entre los morenistas crece la preocupación porque las campañas de Claudia Sheinbaum y de Clara Brugada no tienen sintonía. Y tampoco han podido articular las campañas de senadores con la de la aspirante a la Jefatura de Gobierno.
Por ejemplo, Omar García Harfuch, apoyado por Sheinbaum, lleva la delantera en propaganda. En cambio la promoción de Brugada sigue sin encontrar rumbo. Han llegado al extremo de quitarle en carteles su característica cabellera rizada, y ponerla muy alaciada ante los electores a ver si conecta con clases medias.
Y aunque su carrera la ha hecho destacadamente en Iztapalapa, ahora cada vez que puede la propia Brugada recuerda que nació en Benito Juárez, la alcaldía que es bastión panista desde hace décadas.
El problema para la morenista no es sólo de mercadotecnia, sino de estrategia política. Algunos arremeten contra Sebastián Ramírez, el coordinador de la campaña, a quien culpan de las fallas. Aunque otros dicen que desde el cuartel de Claudia Sheinbaum hay mucha molestia con Jesús Ramírez, el vocero presidencial, quien ha resistido que los publicistas de la ex jefa de Gobierno tomen la estrategia mediática en la campaña capitalina.
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Por cierto que en Guanajuato también se están dando con todo entre los morenistas. Resulta que Bárbara Botello estaba más que amarrada para ser la candidata de la 4T a la alcaldía de León, cargo que ya ocupó, pero como priista.
Y debido, precisamente, a su pasado tricolor, un sector fuerte de las huestes guindas se opone a que Botello se quede con la candidatura. Curiosamente, hace unos días estuvo por aquellos rumbos Claudia Sheinbaum y la ex alcaldesa acudió al mitin, pero no la invitaron al templete, lo que a más de uno hace suponer que se está tambaleando. ¿Será?