Dicen que la mujer del César no sólo debe ser casta, sino parecerlo, o traducido al castellano: “¡No hagas cosas buenas que parezcan malas!”.
Ha salido a relucir, como ustedes habrán visto en los documentos publicados ayer por este su periódico, la triangulación reflejada en pagos por 202 millones de pesos de una empresa hermana de una de las principales proveedoras del Estado, directos al despacho fiscalista del que es socio el Gobernador junto con su papá: 50/50.
Ofreció el Gobernador Samuel García una explicación que para muchos sonó un tanto inverosímil, dado el timing de la transacción: afirmó el Gobernador que los honorarios datan de una asesoría que su despacho le dio en el 2017 a Proveedor de Productos Mexicanos Jace.
Sin embargo, el despacho de los García no recibió el pago sino hasta octubre del 2021, cuando Samuel García ya era Gobernador.
Por otra parte, y siguiendo la tónica que le aprendió a su amigo Lopezuma, afirmó en una rueda de prensa que estos datos son “un montaje”, proyectando atrás de él una imagen a la que sobre los documentos publicados le sobrepuso la leyenda “Falso”.
Pero NO: aceptó el pago, de manera que no es falso, y por ser auténticos los documentos -y las transacciones- no existe “montaje”, como alegó el Fosfogobernador.
No es ésta la primera vez que este su periódico saca a relucir pagos “raros” en esta Administración, de manera que hay todo tipo de dudas razonables en los ciudadanos respecto a la forma en la que manejan el DINERO DE LOS CIUDADANOS.
Lo cual resulta relevante por dos factores: uno, la “asociación” entre el Partido Fosfo del Gobernador y Morena; y dos, quizá lo más importante, que está en juego el control absoluto de Nuevo León por los próximos NUEVE años.
Nos explicaremos: desde la Gubernatura, García está impulsando a su esposa Mariana Rodríguez a la Alcaldía de Monterrey, y si ella gana la elección, probable es que también logren controlar el Congreso.
Así, los García -y los fosfos aliados de Morena- dominarán políticamente el Estado.
Pero, además, tendrán la posibilidad de, una vez concluida la administración municipal de la señora de García, emplear ésta como TRAMPOLÍN para suceder a su ESPOSO como Gobernadora.
Lograría así Samuel García ser el primero en los tiempos modernos en gobernar Nuevo León DOS SEXENIOS consecutivos.
Esto da una idea de la importancia de vigilar el manejo de los dineros, tarea que antes pensábamos que podíamos dejar en manos del Tesorero estatal, Carlos Garza, pero que nos ha demostrado que lleva dos sexenios (el del Bronco y ahora el del Más Bronco) medio dormido, alegando que una vez entregado el dinero a las dependencias él no tiene nada que ver.
Entonces nos tocará a los ciudadanos velar por el buen uso del dinero público… ¡especialmente en época electoral!
Ahora bien, existe otro tema importante relacionado con este incidente, el último de una serie de cuestionables maniobras: el CONFLICTO DE INTERÉS.
No es ni sano ni permisible que el Gobernador se desempeñe simultáneamente como socio de un despacho que negocia temas de acuerdos fiscales con quienes -de hecho- son sus aliados políticos en el Gobierno federal.
Samuel García debe escoger: o es Gobernador o es socio de su papá en el despacho jurídico y fiscal del que es DUEÑO de la mitad.
Se ha sabido que en no pocas ocasiones -ya siendo Gobernador- García ha recomendado en el medio empresarial a su papá como buen fiscalista. Esto es indebido, si no es que abiertamente ilegal, ya que, por supuesto, García no revela que el despacho es también SUYO y que él es socio a mitad y mitad, por lo tanto se beneficia del consejo que ofrece “en buen plan”.
Por lo mismo, esta “sociedad” jurídica con su papá no puede ni debe continuar, por lo menos mientras sea Gobernador, o mientras su esposa -si es que se fraguan exitosamente sus planes- lo sea como su sustituta.
García tiene varios hermanos, bien puede ceder su participación a uno de ellos y él SEPARARSE del despacho para que las cosas que dice él que son “normales” no parezcan desvío de fondos públicos a las arcas personales vía el despacho en cuestión.
Si es cierto que, como afirmó, es incorruptible, y además “imparable”, nada le debe costar despojarse de su DUALIDAD como fiscalista y Gobernador, escogiendo lo uno o lo otro.