“Nuestro llamado a la conciencia y a la acción”.

Pequeño Nunu

Cada latido de un corazón prematuro es un recordatorio de la inmensa tarea que tenemos por delante. Los nacimientos prematuros, que afectan a más de 15 millones de niños alrededor del mundo cada año, son más que una estadística; son vidas que luchan por encontrar su primer aliento, son familias que luchan por esperanza.

En México, al menos 200,000 historias comienzan antes de tiempo cada año, antes de las 37 semanas gestacionales que marcan el inicio seguro de una vida. Esta premura puede conducir a un camino lleno de obstáculos: parálisis cerebral, discapacidades motoras y sensoriales, y enfermedades pulmonares, entre otros desafíos. El compromiso por mitigar estos riesgos no es solo médico, sino profundamente humano.

Los determinantes son tan diversos como la vida misma: desde la salud preconcepcional de padres y madres hasta condiciones crónicas como la diabetes y la hipertensión. Cada factor subraya la urgencia de una educación integral en salud y una intervención contundente en salud reproductiva. Este no es solo un llamado a la prevención, sino a una compasión activa y educación que salvan vidas.

El Instituto Nacional de Pediatría lo confirma: la prematuridad es el primer riesgo perinatal que puede marcar un futuro lleno de barreras. Pero ¿estamos dispuestos a aceptarlo como algo inevitable? Definitivamente, no.

Nuestras leyes reconocen la necesidad de proteger a las madres y a los niños, de promover la salud materna, pero debemos preguntarnos: ¿son suficientes las acciones que se están tomando? La Asociación Mexicana de Vacunología revela una cobertura de vacunación incompleta en menores de un año de apenas el 51.7%. Es un claro indicador de que el sistema puede y debe hacer más.

El 18 de abril de 2023 dimos un paso adelante con una iniciativa que subraya la urgencia de atender a los prematuros. Su aprobación en la Comisión de Salud el 27 de junio fue un eco de nuestro compromiso con las causas de los vulnerables y sus familias.

Sin embargo, cada historia de un bebé prematuro es única, cada desafío es personal. En la exposición “Mirar para contarlo”, presentada en la Cámara de Diputados, la asociación “Pequeño Nunu” ilustró el impacto multidimensional de la prematuridad, un fenómeno que desestabiliza la economía, el tejido social y el núcleo familiar.

Desde la tribuna política, este escribidor y el Grupo Parlamentario de Acción Nacional se solidarizan con estas voces, comprometiéndose a fortalecer las condiciones de cuidado de los prematuros. Hacemos un llamado a que se presente ante el Pleno lo aprobado en la Comisión, con la esperanza de construir un marco legal que realmente dé visibilidad a estos niños y sus familias.

Porque detrás de cada niño prematuro hay un universo de posibilidades. Nuestro esfuerzo conjunto puede ser la diferencia entre una vida plena y la sombra de la discapacidad, entre la celebración de la vida y el lamento de una pérdida. La prematuridad no debe ser un destino sellado por la desigualdad o la inacción. Es tiempo de actuar, tiempo de dar a cada corazón prematuro el arranque parejo en la vida que merece.

Agradezco a la Asociación Mexicana para Padres de Niños Prematuros A.C. “Pequeño Nunu” y a familias que hicieron posible “Mirar para Contarlo” con la exhibición de diez fotografías de las personas en el momento de la prematuridad y otra en la pequeña niñez, para sensibilizar a los legisladores cara a cara del impacto multidimensional ya citado.

El llamado a la acción es a los legisladores de los partidos Morena, PVEM y PT, para que ya se discuta y se apruebe en el pleno de la Cámara de Diputados el proyecto de decreto aprobado por unanimidad en la Comisión de Salud hace un año y la restauración del fondo “Seguro Médico Siglo XXI” (2.5 mil millones de pesos) para que lo aprobado no sea solo tinta para los 5 millones de niños que se pueden beneficiar.

Con ello se avanzaría sin prisas pero sin pausas en el objetivo 3, salud y bienestar, de los objetivos de desarrollo sostenible a los que se comprometió nuestro país y que cito: “Para 2030, poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años, logrando que todos los países intenten reducir la mortalidad neonatal al menos hasta 12 por cada 1.000 nacidos vivos, y la mortalidad de niños menores de 5 años al menos hasta 25 por cada 1.000 nacidos vivos”.

Por último, debido a la gravedad de las enfermedades prevenibles por vacunación en este grupo de población prematura, desde el PAN exigiremos que los recién nacidos con menos de 37 semanas de gestación reciban sistemáticamente todas las vacunas en la misma edad cronológica que los lactantes a término. Los invito a ser voz de los prematuros, estimados lectores.

 

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