La lista de cosas por las cuales debemos preocuparnos crece y crece: conflictos bélicos, líderes pentontos, fake news y polarización, calentamiento global, IA, pandemias, etc.
Ni modo, agrega una más: una tormenta G5.
Un fenómeno geomagnético devastador que viene desde muuuy lejos y sobre el cual no tendríamos nadita de control.
Según Newsweek, las tormentas geomagnéticas son perturbaciones en el campo magnético de la Tierra causadas por cambios en el Sol.
Te explico.
“El Sol es una enorme bomba termonuclear que explota continuamente desde hace cuatro mil quinientos millones de años”, señala el fascinante artículo “Que provocaría una gran tormenta solar”, de The New Yorker.
El semanario explica que hay dos causas clave respecto a estas tormentas: llamaradas y explosiones de masa coronal. Ambas surgen de una acumulación de energía en el campo magnético del Sol.
Una gran llamarada solar puede generar suficiente energía para satisfacer las necesidades energéticas de la Tierra por 15,000 años. Por su parte, una explosión de masa coronal es una burbuja de miles de millones de toneladas de plasma magnetizado que explota en la superficie solar.
Cuando ambos fenómenos ocurren juntos se crea una enorme geo tormenta solar y su máxima categoría es G5.
Por supuesto que una tormenta solar no necesariamente llegará a la Tierra: “así como una bola de béisbol no le pega a una persona específica en el estadio”, explica The New Yorker.
Y sin embargo, a veces la Tierra sí se atraviesa.
“Al mediodía del 1º de septiembre de 1859, el astrónomo británico Richard Carrington dibujaba un grupo de manchas solares cuando vio un estallido de luz en la superficie del Sol. Fue la primera observación conocida de una erupción solar”, agrega la revista.
La tormenta Carrington provocó múltiples auroras boreales, así como magnetómetros y telégrafos descompuestos.
Pero eso era en 1859.
¿Qué pasaría si una tormenta solar G5 impacta hoy a la Tierra?
“Daños extensos a satélites que comprometerían todo, desde comunicaciones hasta la seguridad nacional. Impactos severos a la vida diaria: atención médica, transporte, agricultura, servicios de emergencia, suministro y saneamiento de agua, industria financiera y hasta a la continuidad del Gobierno”, explica un reporte del Gobierno de Estados Unidos (EU) del 2008.
El documento señala que la recuperación actual en EU de una tormenta tipo Carrington podría tardar hasta una década y costar varios billones (millones de millón) de dólares.
¿Y cómo se presentarían estos daños?
Entre muchas, destacan dos afectaciones mayores:
1.- Señales satelitales. Impactaría a miles de satélites que orbitan la tierra, afectando a toda nuestra vida diaria.
2.- El sistema eléctrico. Una gran explosión de masa coronal podría dejar sin electricidad a decenas (o cientos) de millones de personas. La electricidad en exceso que provoca la explosión puede entrar a la red de transmisión y “freír” transformadores. Esto por cierto ya pasó en 1989, donde una explosión solar provocó que la cuarta parte de la población de Canadá se quedara sin luz por 9 horas.
Es difícil estimar el daño total, que podría ser mucho más catastrófico.
“Dado que el clima espacial afecta a tantas tecnologías interrelacionadas, una tormenta severa podría exponer dependencias entre ellas que no apreciamos, lo que podría provocar un único punto de falla cuyo mal funcionamiento detenga todo”, advierte The New Yorker.
Ah, y que no se me olvide. Las manchas solares siguen un ciclo de 11 años, que varía de bajo a altos niveles de frecuencia de actividad. Y hoy vamos hacia el máximo solar, cuya cúspide llegará antes del fin del 2025.
Por lo pronto en EU ya se anticipan escenarios y se preparan algunas redundancias y planes de contingencia.
¿Y en México? Mmmm, dudo que Mr. Bartlett tenga esto siquiera en mente. Está muy ocupado defendiendo la “soberanía de la CFE”.
OJO, todo lo que te he platicado es posible, aunque poco probable.
Esperemos que esta posible bola solar no venga dirigida a la Tierra.
Yo, por si las dudas, este fin de semana me pondré bloqueador solar.
Posdata. ¿Casualidades afortunadas? Curiosamente, la empresa que le debía al despacho de Samuel García empezó a recibir plata para pagarle. ¡justo cuando tomó la gubernatura de NL! Sí como no.
EN POCAS PALABRAS.
“¿Estaremos preparados para la siguiente gran tormenta solar?”.
Reportaje de The New Yorker.
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Twitter: @jorgemelendez