En días pasados los organismos empresariales de nuestra ciudad, así como algunas otras organizaciones académicas y civiles, presentaron el documento de propuestas para las candidatas a la gubernatura del estado, algo que ya viene siendo tradicional en las instituciones del sector privado leonés en cada proceso electoral.
Me pareció muy acertada la iniciativa para que, en esta ocasión, las propuestas se hayan centrado solo en cuatro grandes temas: Seguridad, Agua, Energía y Laboral, pues eso permite enfocarse con más precisión y compromiso en los problemas más preocupantes para los guanajuatenses, y de cuya solución depende también el arreglo de muchas otras problemáticas importantes, pero menos urgentes.
A diferencia de como se hizo hace seis años, cuando en el mismo ejercicio a los candidatos a Gobernador se les presentaron trece problemáticas diferentes con distintas propuestas de solución, en esta ocasión centrarse en solo cuatro temas limita la posibilidad de que la candidata y luego la gobernadora, pueda tener la capacidad de “escoger” cuál de las exigencias hechas por los ciudadanos puedan ser atendidas por su gobierno.
Aunque pasar de un documento de 13 propuestas de hace un sexenio, a un documento de 4 exigencias para la próxima gobernadora, es una decisión acertada, también puede convertirse en un cuaderno de buenas intenciones que las candidatas se comprometan a cumplir en campaña, a sabiendas que en la realidad será prácticamente imposible.
Por ejemplo, en el tema de la seguridad se está exigiendo a las tres candidatas a que se comprometan a disminuir el 50% de los homicidios (entiendo que son los dolosos) durante los primeros tres años de su gobierno, algo que se antoja muy complicado por las causas y circunstancias que originan ese problema, mismas que vienen desde hace casi dos décadas de programas gubernamentales fallidos y de graves omisiones de la sociedad.
El hecho de exigir bajar un indicador que parece agresivo, tiene la repercusión de que las candidatas, con tal de quedar bien, se comprometan a su cumplimiento, como ya lo hicieron las tres, pero sin la posibilidad real de hacerlo, al menos bajo esa medición. La exigencia, propuestas y el seguimiento ciudadano son fundamentales en una competencia electoral, pero debemos hacerlas siempre sobre bases realistas, pues de lo contrario podemos caer en escenarios utópicos que generen una comodidad en las promesas electorales de las candidatas.
Como antecedente tenemos la propuesta que hicimos hace seis años a los candidatos a ocupar la alcaldía de León, al exigir que se llegara a tener tres mil policías para nuestra ciudad, lo que originó que el alcalde en turno detuviera la depuración policiaca con tal de incrementar la cifra de elementos, generando con ello un problema mayor al que se tenía, llegando a tener una corporación de policía infiltrada y plagada de malos elementos que ha costado mucho trabajo depurar.
Y seguramente en unos días veremos a las candidatas y a los candidatos a la Presidencia Municipal comprometiéndose a no incrementar el costo del transporte público en León, aún y cuando tengan pleno conocimiento de que esto no es posible, pues los títulos de concesión obligan a la autoridad a ajustar las tarifas de transporte bajo ciertos escenarios económicos cada año.
Hace un sexenio hicimos trece propuestas sobre diferentes temas, al final solo se cumplieron unas cuántas, las más fáciles y que más convenian al gobierno. Aprendamos de experiencias previas y no dejemos que los políticos sean escurridizos cuando asuman compromisos en campaña solo por conseguir simpatías y votos, vale mil veces más la pena un político serio y sensato, que otro que finque su campaña en cifras alegres.