“Es hora de actuar: la salud de nuestra gente no puede esperar por la burocracia”.
Xóchitl Gálvez
Mientras los ciudadanos enfrentan los desafíos de un sistema de salud en constante cambio, un reciente informe del Ramo 12 (salud) revela un panorama de contradicciones y desafíos en los programas de salud que han sido declarados prioritarios por el gobierno emanado del partido Morena.
Los datos proporcionados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través del documento relativo al cumplimiento de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, no solo exponen una brecha significativa entre los presupuestos aprobados y los fondos realmente ejercidos, sino también una historia de subejercicio que plantea preguntas sobre la eficiencia y eficacia del actual gobierno de Morena en la gestión de recursos vitales para la salud de la nación y la continuidad ofrecida en su plan de salud presentado esta semana.
Los programas en cuestión abarcan una variedad de servicios críticos, desde la atención médica especializada para condiciones complejas, hasta la prevención y tratamiento de enfermedades transmisibles y no transmisibles, reflejando las diversas necesidades de una población que requiere apoyo en múltiples frentes. Sin embargo, el subejercicio reportado -un total colectivo de 37,378.9 millones de pesos- pone en relieve una discrepancia alarmante entre las intenciones declaradas y las acciones realizadas.
En medio de este escenario, las figuras de la Coalición Frente y Corazón por México encabezados por Xóchitl Gálvez emergen como defensores comprometidos con la mejora de la salud pública (Salud poblacional y personal). Todos han expresado su preocupación y han trabajado incansablemente para garantizar que la salud no sea solo un tema de discusión política, sino un derecho efectivamente entregado a cada ciudadano.
La situación del Programa de Atención a la Salud es particularmente reveladora, donde a pesar de un presupuesto aprobado al gobierno de la cuarta transtornación (sic) de casi 49,000 millones de pesos, el ejercicio real del año anterior quedó corto en más de 33,000 millones de pesos. Esta discrepancia no solo sugiere problemas de gestión y asignación de recursos, sino que también tiene repercusiones directas en la calidad de la atención médica para las personas con enfermedades de alta complejidad.
Similarmente, el Programa Salud materna, sexual y reproductiva y el Programa Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, ambos críticos para el bienestar a largo plazo de la población, sufrieron un subejercicio considerable. En el caso del programa de salud materna, sexual y reproductiva, el subejercicio fue de más de 1,400 millones de pesos, lo que pone en duda la capacidad del gobierno para cumplir con su objetivo de reducir la mortalidad materna y garantizar el acceso universal a servicios vitales. De estas fallas se puede explicar el incremento alarmante de la mortalidad materna en promedio del 35% en los últimos años.
A través de sus iniciativas y posturas, la Coalición Fuerza y Corazón por México ha destacado la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad en la asignación y uso de los fondos para la salud. Han instado a una revisión de las políticas y prácticas actuales, y han abogado por una reestructuración que ponga a los pacientes y sus necesidades en el centro de la estrategia de salud.
Con el enfoque en el bienestar social e igualdad, la eficiencia en la vigilancia epidemiológica y el manejo adecuado de enfermedades infecciosas y crónicas, su voz colectiva resuena como un llamado a la acción para rectificar las deficiencias del sistema actual. Ambos políticos entienden que sin la correcta inversión en la salud, los cimientos para un México próspero y saludable no pueden ser establecidos firmemente: Un Sistema de Salud Integral desde el nacimiento a la senectud.
El subejercicio en el sector salud es un asunto que trasciende las cifras; refleja las historias no contadas de aquellos que han sido dejados atrás por un sistema que promete mucho y entrega poco. A medida que se preparan para el ciclo presupuestario de 2025, las implicaciones de estos hallazgos son claras: es necesario un cambio drástico y compasivo para garantizar que la salud de la población no sea sacrificada en el altar de la burocracia y la incompetencia.
El contraste del gasto ejercido contra el presupuesto aprobado es un recordatorio de que la salud pública no es un simple elemento de un informe gubernamental, sino una medida de la capacidad de una sociedad para cuidar de sus miembros más vulnerables. En este contexto, el llamado a la acción es claro, y mientras los ciudadanos esperan, Xóchitl Gálvez ya está respondiendo al llamado.
Los mexicanos merecen más que promesas en papel; es tiempo de exigir cuentas y transparencia. No permitamos que la negligencia en salud defina nuestro futuro; es el momento de tomar acción por nuestro bienestar.