Un nuevo episodio de incertidumbre diplomática con un país extranjero, se da por un pleito de señalamientos ahora con el Presidente argentino Milei, quien llamó “ignorante” al Mandatario mexicano.
AMLO respondió de manera astuta, pero en el mundo diplomático duele más ante los ojos del mundo la bofetada con guante blanco, es decir, responder con un “respeto” o no responder.
No le quedó de otra.
Pero para pleitos nuestro Presidente se pinta solo, lo que da como resultado más que una crisis, como en el caso de España, incertidumbre entre los pueblos respectivos.
Ante el encono de sus mandatarios, los gabinetes diplomáticos tienen que salir a limar asperezas y aclarar que no hay posibilidades de ruptura entre ambas naciones.
Seguramente extrañan a Marcelo.
Muy distinto fue el cauce que llevó el asunto con Colombia cuyo presidente, Gustavo Petro, ordenó la salida de su Embajada en Argentina.
Los calificativos que utilizó Javier Milei en contra de Petro fueron los de “terrorista asesino”, seguro por su participación en el grupo M-19, de la guerrilla colombiana.
En algún tiempo México tuvo un liderazgo unificador en América Latina y como tal se le reconoció, además del liderazgo comercial por su vecindad con Estados Unidos.
En esos tiempos la diplomacia existía realmente y ni visos de que un mandatario mexicano se confrontara con sus homólogos, de ninguna nación, en el mundo.
México y Argentina tienen más cosas en común de lo que pensemos muchos, no todo se queda en el plano del futbol, en cuanto a que muchos jugadores de ese país vinieron y se quedaron a vivir acá, como ejemplo León.
Ambos países fueron conquistados por los españoles, y quién lo dijera pero Argentina se liberó de España antes que México.
Cuando ocurrió la invasión norteamericana en México, tres países se unieron para procurar la paz, y a poco estuvieron de defender a los mexicanos, esos fueron Argentina, Brasil y Colombia o el Grupo ABC.
Finalmente, se alcanzó la paz pero con la pérdida de territorio mexicano, de manera infame. De cualquier forma Argentina y las otras naciones sudamericanas anularon una amenaza de mayor expansión estadounidense en el continente.
No pasó lo mismo en La Guerra de Las Malvinas, entre Argentina y Gran Bretaña, donde otros países sudamericanos expresaron su apoyo pero México mantuvo una posición neutral.
Recordemos que ese conflicto, en 1982, fue iniciado por el presidente Galtieri, que reclamó y ocupó las islas, que eran posesión de la corona británica.
Galtieri, un heredero de la dictadura argentina, desde los años 70, sin popularidad, pretendió tenerla al reclamar Las Malvinas; por supuesto que unificó a los argentinos, pero al perder la guerra se quedó sin popularidad alguna y con mayor resentimiento en su contra.
Viene a colación la dictadura porque en esa década México recibió a muchos asilados argentinos que venían huyendo de su régimen. De ahí que la relación cultural fue mayor.
En arte y cultura, no es solo en deporte, la relación entre argentinos y mexicanos es profunda; allá admiraban el cine mexicano y artistas como Pedro Infante y Jorge Negrete, entre otros y otras como La Doña.
Acá no podemos dejar de lado a Gardel, a Piazzolla y la cultura del tango en general, cuando no, incluso a cantantes populares como Sandro, Leo Dan y Leonardo Fabio, entre otros más.
Lugar aparte, lo tiene en literatura toda la influencia de Jorge Luis Borges y Julio Cortazar.
La relación comercial también es importante con Argentina aunque no como el intercambio cultural.
Por todo eso y muchas cosas más, nuestra relación con países del mundo no se ven menoscabada por las veleidosidades de los presidentes en turno, afortunadamente.