Sin contenido, vacías de lo que interesa y sirve a la ciudadanía, las campañas parecen un concurso de Santa Clos para ver quién regala más dinero del contribuyente a cambio del voto, quién se muestra “buena ondita” comiéndose unos tacos, quién es más hábil para mentir o quién demerita más al opositor.

Llama mi atención como contrasta el dicho presidencial de: “El pueblo sabio…”, con el trato que hoy nos dan los candidat@s de todos los colores a los electores, salvo honrosas excepciones; tratándonos como niños a los que se convence con un dulce, con una promesa a incumplir o con exhibir la porquería del contrincante,… ocultando la propia.

¡No!, no estudié comunicación política, tampoco soy un experto español en asesorar a los partidos en como aventar mierda al opositor o en como manipular a la gente infundiendo miedo sobre el futuro si no votas por mí; simplemente soy un ciudadano de a pie con 76 años de vida, en los que he visto el paulatino deterioro social y económico de México, al tiempo que he estado atento a los procesos políticos, al comportamiento, a los motivadores humanos y a cómo comunicar con claridad, de forma franca y veraz (para construir relaciones basadas en la confianza), aunque eventualmente no caigas bien… ¡Oh verdad divino tesoro!, tan elusiva en estos tiempos en dónde la humanidad, hedonista, solo busca su placer y bienestar, lo que la vuelve manipulable y dependiente, en tanto sus liderazgos buscan dominar, enriquecerse a costa de otros, controlar y tener reconocimientos y aplausos inmerecidos basados en el engaño y creyéndose sus propias mentiras.

Si hoy fuera asesor político o parte del equipo de un(a) candidat@, mi propuesta de campaña sería contra corriente e innovadora: 1.- Basada en la verdad (lo sé, soy iluso), 2.- Sin manipular las necesidades con pensiones o tarjetitas dónde se regala dinero ajeno, dinero de los impuestos, 3.- Hablaría y me comprometería con verdaderos cambios cualitativos y cuantitativos en lo que preocupa a la ciudadanía y fundamenta el progreso, 4.- Prometería solo lo que está en mis manos y puedo cumplir, 5.- Actuaría conforme a la ley y hablaría en función de valores éticos, democráticos y morales; es decir, sería honest@. Y ¡oh sorpresa!, 6.- Haría una campaña inteligente para, desde la organización política, basado en redes sociales y en una inversión efectiva e inteligente en comunicación, no en gastar dinero a lo tarugo en medios y así multiplicar mi mensaje a través de seguidores y simpatizantes para que el elector vote libremente por quién le convenza, pero que lo haga informado, no engañado, no conducido, no cooptado por una dádiva que manipula, degrada y ofende la dignidad de todos y cada uno de los que por necesidad, conveniencia o ignorancia, se dejan manejar.

Dicho lo anterior, a partir del compromiso de hablar con verdad; ¿de qué le hablaría a los ciudadanos?: 1.- De como tener un desarrollo sostenido con propuestas de desarrollo social y rural sustentables que garanticen el cuidado de los recursos naturales y la seguridad alimentaria enfatizando el valor de la tierra y su uso rentable y productivo (primero comer que ser cristiano, diría mi abuela), 2.- Hablaría de como reconstruir el tejido social para que, a partir de la organización social y la participación ciudadana logremos niveles aceptables de seguridad que nos hagan atractivos para el inversionista y el turista y que nos permitan vivir en paz y ver crecer a nuestros hijos en un entorno en dónde la convivencia y el uso de espacios públicos refuercen la calidad de vida social, en otras palabras, combatiría la inseguridad con participación ciudadana y con propuestas inteligentes (no solo con armas, policías y patrullas), 3.- Hablaría enfáticamente del riesgo en el que está la humanidad con el cambio climático y presentaría propuestas viables que garanticen, con un trabajo efectivo a partir de la organización social, paliar el riesgo de sed y hambruna que se cierne sobre el planeta amenazando la vida, 4.- Impulsaría un cambio de modelo educativo que privilegie el pensar sobre el creer o el memorizar, para así, preparar a nuestro jóvenes para tener éxito y sobrevivir en un mundo dónde el cambio será una constante y en dónde el pez grande se comerá al chico, en tanto logramos cambios generacionales de desarrollo humano que privilegien el ser sobre el tener, para entender que vivir en armonía, todos, es en beneficio propio. Finalmente, dada la limitación de tiempo, 5.- Con una propuesta como la de “Guanajuato Escucha”, impulsaría el pensamiento creativo a través de una convocatoria inteligente para sumar a la ciudadanía en la búsqueda de soluciones y así canalizar ideas, proyectos y propuestas en beneficio de un desarrollo social, económico y humano sostenido, que potencialice y promueva el uso del cerebro, como característica de las presentes y futuras generaciones, para así encontrar soluciones creativas y humanistas a los problemas, de eso hablaría, con verdad, en los dos meses de campaña que quedan… ¡Así de sencillo!

HEP

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