Recuerdo el caso de una amiga cuyo hijo era brillante y sacaba todos los premios y medallas que en su escuela utilizaban como reconocimiento al esfuerzo y buenas calificaciones. Cuando se realizaba la ceremonia de fin de curso, el chico salía como general con varias condecoraciones. Las mamás de los compañeros del estudioso muchacho felicitaban a la madre y le decían frases como: “Has educado muy bien a tu hijo”, “Es fruto de tu esfuerzo”, “Lo has hecho muy bien.” Ella respondía que todo el mérito era del chico que resultó inteligente y le gustaba el estudio, y agregaba: “Si mis otros hijos resultan diferentes, no sería mi culpa como tampoco son mi mérito las medallas de mi hijo, cada hijo es diferente y cada uno tiene lo suyo.”

Cuando Xóchitl Gálvez presentó a su equipo de campaña siendo entonces precandidata presidencial del Frente Amplio por México, mencionó que su hijo Juan Pablo Sánchez Gálvez, fungiría como coordinador nacional de la campaña juvenil, y  su hija Diana Vega Gálvez como representante del grupo de redes sociales “Xochitlovers.” Independientemente que esta decisión fuera correcta y tuviera riesgos al poner a los chicos en situación vulnerable, resultó sorprendente la avalancha de comentarios negativos y muchos hasta agresivos hacia los chicos llamándoles pirrurris, burros y demás. Se notó una gran animadversión en contra de ellos de parte de los detractores de la entonces precandidata.

Ahora, justo muy cerca de la fecha del debate presidencial apareció en redes sociales un video de Juan Pablo en presunto estado de ebriedad diciendo improperios a los empleados de un antro que no lo dejaban pasar. El suceso tuvo lugar hace tiempo pero la bajeza política lo ha utilizado para pegarle a Xóchitl. La grabación fue utilizada por Antares Vázquez Alatorre, senadora de Morena, quien la proyectó durante la sesión del Senado de este 3 de abril. La senadora aprovechó el video para resaltar los insultos que el muchacho decía y calificar a la oposición de clasista, advirtiendo que la derecha así iba a denostar a la gente. Aunque el chico se disculpó personalmente con los guardias y subió un video mostrando arrepentimiento por su actitud, las críticas hacia su madre Xóchitl continuaron.

Posteriormente un comunicador subió un video del hijo de López Obrador, Jesús Ernesto, menor de edad, en un antro invitando a unas chicas a una fiesta y solicitando lleven amigas “&%#” (calificativo feo). La política se convertía en un campo de denostación de los hijos para atacar a sus padres. Beatriz Gutiérrez, esposa de AMLO, pidió no meter a los familiares en las campañas.  

Así es el juicio hacia los padres por las acciones y resultados de los hijos. A veces se reciben alabanzas y en otras ocasiones críticas y censura. Siempre se habla del pecado de los papás que recae en los hijos, pero poco se dice de cómo afectan los pecados de los hijos a los padres. El libro bíblico del Deuteronomio señala: “Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su propio pecado.”

La gente suele culpar a los padres cuando un hijo manifiesta un comportamiento erróneo. Pero no confundamos las cosas, a veces hay complicidad de los padres. Es grave cuando los descendientes de quien ostenta el poder político, en pleno conflicto de intereses usufructúan en su beneficio concesiones a su amparo, y peor aun cuando el padre predica las buenas prácticas de anticorrupción.

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