AHÍ VA el golpe… contra los ahorros de los trabajadores. Contrario a lo que dicen los morenistas, la reforma que están impulsando en San Lázaro no crea un “fondo solidario” para las pensiones. La realidad -hay que decirlo- es que el gobierno estaría tomando recursos que no son suyos, sino de particulares. Es decir, es dinero de gente trabajadora debidamente identificada.
LA IDEA de crear un fondo de pensiones del bienestar suena muy bonito en el papel (y más durante las campañas electorales), pues prometen que le garantizaría un retiro con el 100 por ciento de su sueldo a quienes se jubilarán con el esquema de Afores aprobado en 1997. Nomás que hay un detallito: ese dinero tiene dueños, quienes por una u otra razón no lo han retirado. Pero no es, como suelen pensar los cuatroteístas, que esos recursos aparecieron de la nada y están ahí esperando a que alguien se los lleve.
LO QUE MÁS preocupa de la reforma es que se trata de unos 40 mil millones de pesos que, ante la falta de reglas claras, podrían ir a parar a cualquier obra faraónica. El colmo es que según la 4T el famoso fondo se va a complementar con un porcentaje de las ganancias del Tren Maya, la Mexicana de Aviación militarizada y el AIFA… si algún día llegan a tener ganancias, claro.
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EN SU ENCUENTRO con las cúpulas empresariales del país, Claudia Sheinbaum obtuvo resultados mixtos. Por un lado, logró exponerles buena parte de su proyecto económico, que incluye revisar desde ahora el T-MEC; pero la morenista también tuvo que escuchar los reclamos de la iniciativa privada, que tiene muchas quejas sobre la situación que deja el gobierno de AMLO.
POR SUPUESTO uno de los mayores reclamos fue el de la seguridad, pues los robos, las extorsiones, la piratería y el contrabando, por mencionar algunos de los delitos más comunes, se han convertido en un impuesto extra que los empresarios se ven obligados a pagar… por la mala.
PESE A TODO el balance final para Sheinbaum fue bastante bueno, de acuerdo con lo que contaron los propios participantes en la encerrona.
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POR CIERTO quien se ve que anda muy incómodo en estos días es el cuestionadísimo ex ministro Arturo Zaldívar, que está siendo investigado en el Consejo de la Judicatura por posibles prácticas irregulares a su paso por la Suprema Corte.
EL TEMA de las investigaciones contra el asesor de Sheinbaum se nota que ha causado preocupación en el oficialismo, pues ya hasta el propio Andrés Manuel López Obrador salió a defenderlo. Pese a eso, Zaldívar acudió al encuentro con los empresarios y su presencia no pasó desapercibida. El asunto es si eso fue cómodo tanto para él, como para el equipo de campaña, pues nadie puede andar como si no hubiera pasado nada.
IMAGÍNENSE que al terminar un partido de futbol, el árbitro se uniera a la porra de uno de los equipos que jugaron. Ese es el ministro que terminó y se fue a un partido político.