Siguen reverberando en las mesas del café y en todo tipo de reuniones las palabras insólitas que pronunció hace unos días en uno de sus discursos la candidata oficialista, Claudia Sheinbaum, en el sentido de que “no es cierto, es falso” que se requiere trabajar para vivir bien.
Tal aseveración sirvió de introducción para que la candidata oficialista ofreciera como paliativo a la pobreza el sistema paternalista de dádivas de Morena hecho Gobierno.
Realmente lo que pretendía decir es “SI VOTAN POR MÍ, no tendrán que trabajar, pues el (mi) Gobierno los mantendrá”.
Tenemos ya muchos años escuchando y analizando discursos de políticos y no recordamos haber oído un mayor DISPARATE que éste, uno que además está absoluta y totalmente reñido con TODO lo que se conoce de la organización y funcionamiento de las sociedades humanas.
La BIBLIA misma ordena: “ganarás el PAN con el sudor de tu frente”; el propio Karl Marx, padre de la ya desacreditada teoría del comunismo a la que se adhiere Sheinbaum desde sus años como agitadora estudiantil en la UNAM, establece en su obra seminal “Das Kapital” que el trabajo es la esencia del progreso social.
Nos parece sumamente irresponsable que con tal de ganarse votos la candidata oficialista propague nociones completamente ALREVESADAS y que, de llegar a asimilarse entre la población, generarían un daño tremendo.
Ello, precisamente por ser totalmente FALSAS: el OCIO no conduce a la prosperidad de nadie, ni los recursos de NINGÚN Gobierno -mucho menos uno ineficiente y derrochador como el que heredará, si es que gana las elecciones- alcanzan para mantener a miembros improductivos de la sociedad.
Lo dicho por Sheinbaum debe considerarse dentro de la categoría de “blasfemia económica”, pues no sólo es totalmente FALSA, sino que es una idea segura y ABSOLUTA para conducir a la RUINA personal y colectiva.
El trabajo productivo enaltece al ser humano, no sólo le da a su vida sentido, sino que le marca rumbo y lo llena de satisfacciones. El trabajo LIBERA, no hay persona -hombre o mujer- más LIBRE que la que se gana la vida por su propia mano y no tiene que someterse a nadie ni a nada.
El concepto del NO TRABAJAR es un concepto de SOMETIMIENTO, de DEPENDENCIA TOTAL.
Para alguien, pobre alma, que dependa totalmente para su supervivencia del Gobierno, o de un “movimiento” como el de la Cuarta Trastornación, esto sería peor que una condena a cadena perpetua, pues generaría relaciones de dependencia que lo esclavizarían a una vida de servitud, de a cambio de lo recibido ACATAR cualquier demanda de quienes -vía esa dependencia- forman un ejército de súbditos serviles cuya existencia se justifica en la manera en que puedan SERVIR a quien los mantiene.
Lo planteado por Sheinbaum es un esquema antidemocrático emanado de una mente torcida por el adoctrinamiento o ensimismada en buscar el poder a tal grado que ni siquiera disimula lo que pretende: el sometimiento y la dependencia absoluta de los ciudadanos.
Usamos el término “antidemocrático” en sentido estricto, pues no hay nada más antidemocrático que DESPOJAR a los ciudadanos de la aspiración a una mejor vida para sí y para sus familias mediante sus méritos, logros y aportaciones al bienestar de la sociedad.
Ningún ser humano aspira a que lo consideren UN PARÁSITO que emplea el cuerpo de la sociedad para su subsistencia y supervivencia. Como decíamos líneas arriba, la aspiración de todo ser humano, las LEYES que nos rigen, la forma en que está organizada nuestra sociedad, TODO contribuye a injertar en una persona el deseo, la necesidad de alimentar su autoestima, su alma social, con su contribución al bienestar colectivo.
Recuerden ustedes, amigos, la preciosa anécdota atribuida al Presidente norteamericano John F. Kennedy cuando, tras anunciar que Estados Unidos iría a la Luna, en una visita a la NASA se topó con un intendente que con energía trapeaba los pisos.
-Y tú, mi amigo, ¿qué haces? -le preguntó Kennedy.
“Bueno, señor Presidente, yo ayudo a poner un hombre en la Luna”, le contestó el intendente.
Con faenas grandes o pequeñas, todos los ciudadanos requerimos la necesidad intrínseca de contribuir, de la autovalía, NO PERMITAMOS que por buscar votos una errada aspirante a política NOS DESPOJE, individual y socialmente, de este vital anhelo.