En este País, ya todos sabemos, más pronto cae un hablador que un cojo.

Prueba de ello la tenemos cercana y pronta: acaba de afirmar el Tlatoani Tabasqueño que en el País, en esta época de elecciones, “todo está en santa paz”.

Esto dijo al día siguiente de que en su administración se impuso un nuevo récord de asesinatos: ciento tres en un solo día, la cifra más elevada del 2024.

En Guanajuato, Puebla y Morelos reportaron 14, 11 y 9 homicidios, de los cuales en Puebla (antes de los Ángeles, ahora de los demonios) cuatro de los 11 ejecutados en domingo fueron policías, mientras que en Zacatecas y Baja California, asesinaron a siete personas ese mismo día, y en Veracruz a seis.

Todo esto en el día de la “santa paz” en el que el Tlatoani afirmó haber estado muy contento por el debate, seguramente porque su candidata se la pasó adulándolo y cuando no a él, a ella misma, receptora de premios que nunca nadie más ha recibido en la historia del mundo.

Los anteriores datos provienen del mismo Gobierno, del Gabinete de Seguridad y Fiscalías.

Todo esto acontece enmarcado en otros sucesos importantes relacionados con la seguridad nacional.

Por ejemplo, un juez federal sentenció que por inconsistencias en el informe de la detención de “Don Rodo”, hermano de “El Mencho”, líderes del temido CJNG, aquél debe ser liberado.

Quienes saben de estas cosas, como la periodista investigadora Anabel Hernández, han relatado que “Don Rodo” es “el cerebro” de ese cártel, o sea que no es un capo menor, de manera que soltarlo representaría -por parte de esta Administración- otro golpe a favor de la impunidad.

Mientras, y en respuesta al libro “La Historia Secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa” que acaba de sacar a la luz la citada Anabel Hernández, en el que relata cómo y quiénes del narco hicieron aportaciones económicas importantes a la campaña presidencial del 2006 del hoy Tlatoani, éste responde airado: ¡que presenten pruebas!

O sea que quiere el Tlatoani que de nueva cuenta la DEA saque a relucir los relatos de sus testigos protegidos que dieron testimonio de cómo y quiénes de los capos del narco aportaron entre 2 y 4 millones de dólares que le entregaron a “Nico”, el entonces chofer del Macuspeño, después personaje de buen nivel de la 4T.

No sabemos qué piensen ustedes, amables lectores, pero nos parece difícil que ni el donante ni el beneficiado hayan firmado recibos foliados por esa supuesta entrega de dinero.

En tanto, soltar a capos como “Don Rodo” no contribuye a frenar la inseguridad, como tampoco querer tapar el sol con un dedo afirmando que todo en México transcurre en “santa paz” cuando en realidad es lo contrario.

Y sea quien sea la “agraciada” que se saque el tigre en la rifa, heredará un país si no en ruinas, por lo menos muy cerca de ello.

Enfrentará falta de presupuesto, ya que el dinero se lo gastaron todo en obras faraónicas improductivas, así como en dádivas compravotos, en ineficiencia y sí: en corrupción.

Mantener a flote a Pemex y ahora también a la CFE, requiere grandes inyecciones de recursos del Gobierno central, recursos que le restan al impulso de salud, educación y creación de infraestructura como carreteras, puertos, aeropuertos, puentes, cruces fronterizos y demás obras que no se han realizado, dado que los recursos van a parar a pozos sin fondo como Dos Bocas, la nueva aerolínea, el Tren Maya y otros.

Mientras tanto, en el País no hay agua y la poca que hay está contaminada, como demostró con gran impacto la candidata opositora Gálvez en el debate con una botella de agua de llaves domésticas de la CDMX.

México entero padece una sequía pavorosa, pero mientras esto sucede el Gobierno maravilloso del Tlatoani no hace el mínimo esfuerzo por desarrollar nueva infraestructura hídrica para siquiera paliar la crisis.

Una que se reflejará pronto en la falta de alimentos, pues el campo sufre por esta situación: se acaba de anunciar que la zafra de azúcar disminuirá alrededor de un 14 por ciento este año y ello se debe a la sequía.

Esto impactará el precio del azúcar y golpeará a los cañeros, sus familias y al campo en general.

Lo relatado -y mucho más- le explotará en el regazo a la sucesora del Tlatoani con gafas color de rosa, ¡a ver si siguen cantando sus alabanzas!

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