Mi nieta me preguntó: ¿abuelo, quienes estamos mejor, los chinos o los mexicanos?; te pregunto porque México es una democracia y China dicen que es una dictadura.
Con la pregunta me quedé de a seis y pensando: México está en crisis económica con millones de pobres y más de veinte millones de mexicanos en pobreza alimentaria, en tanto, China ya compite con USA por ser la primera potencia económica mundial, México tiene un ejército deficiente, mal preparado y mal armado y en mi opinión, con una cúpula de generales y mandos medios corruptos que están al servicio del régimen para enriquecerse aceptando actividades contrarias al espíritu de cuerpo marcado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, misma que, al igual que el Presidente, los militares juraron servir y respetar; en contraste, China tiene uno de los ejércitos más preparados del planeta, tecnológicamente más avanzados, con una disciplina nacionalista férrea en dónde la corrupción se castiga con la muerte. En México sufrimos una invasión de cientos de miles de migrantes ilegales, que como plaga violentan nuestras ciudades y vecindarios, en China solo puedes entrar cumpliendo con leyes y reglamentos, México tiene dos gobiernos que compiten entre sí, el crimen organizado que mediante el “cobro de piso” impone un impuesto (no deducible) a los contribuyentes, a cambio de no hacerles daño o amenazándolos y haciéndoles daño, y el oficial, ineficiente y corrupto integrado por 3 niveles, federal, estatal y municipal, en dónde, sean del color que sean se privilegia la militancia partidista, los compromisos políticos, se pagan favores y financiamientos electorales y se beneficia a parientes, compadres, contlapaches y socios, no la capacidad. ¡No!, no es broma, los japoneses señalan que el pez empieza a pudrirse por la cabeza y en ese sentido el mismito presidente de México lo declaró, cito de La Jornada del 29 de noviembre del 2019: “Al señalar que lo que más le importa de un servidor público es la honestidad (lealtad), el presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la designación de Ángel Carrizales, director de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), a quien calificó de persona con capacidad para el puesto y de toda su confianza. <Si hablamos en términos cuantitativos, (valoro) 90 por ciento honestidad, 10 por ciento la experiencia. ¿Cómo la ven?>, sostuvo”.
Seguimos:… México tiene un sistema de salud privado muy caro y de salud pública en decadencia con médicos, salvo honrosas excepciones, burocratizados, con un sistema inmoral carente de medicinas que a tiro por viaje se promete corregir y mejorar sin lograrlo, mientras China es pionera en ciencia médica y líder en sistemas de salud y ni que decir en elaboración de patentes, innovación y desarrollo tecnológico dónde son líderes. De transporte ni hablar, el Tren Maya es una mala parodia comparada con los trenes chinos de alta velocidad; en una palabra, China nos supera en todo; bueno, en casi todo, en lo único que no nos supera China, es en libertades, allá los ciudadanos, bajo penas de castigos durísimos, tiene que comportarse bien, aquí prácticamente cada quién hace lo que se le da la gana, desde subir el volumen de manera abusiva en salones de fiestas (abiertos) infringiendo impunemente reglamentos, hasta tirar basura, desperdiciar agua, ignorar semáforos o mediante cochupos, mordidas, cohecho o soborno corromper autoridades para evadir multas y castigos por faltas cometidas, obvio, con la complicidad de policías, funcionarios, inspectores, autoridades y gobernantes, que, dada la baja calidad profesional y humana, por lo expresado, salvo honrosas excepciones, no siempre están integradas por las y los mejores ciudadanos, gente capaz y honesta…
Reflexionando, antes de contestar a mi nieta, pensé: quizás lo que debería hacer, es medir o comparar un sistema, el democrático, VS el otro, la dictadura, en función de la calidad de vida, medida como la posibilidad de ser felices, es decir: ¿Quiénes somos más felices o quienes vivimos mejor, los chinos o los mexicanos?… Para llegar a una conclusión, me puse a pensar en: ¿hace cuanto que deje de ir al cine en las noches por temor a ser asaltado?, ¿cuál es mi sentir al viajar en las carreteras de México?, ¿le abro la puerta a quiénes tocan?, ¿salgo a caminar por el barrio para disfrutar del fresco o saludar a los vecinos?, que por cierto tampoco salen, ¿vivo bien y soy feliz?, ¿soy libre, entendida la libertad como mi derecho a hacer o circular, libremente sin lesionar derechos ajenos?… A todas estas preguntas mi respuesta es ¡No!, teóricamente soy libre, pero no puedo ejercer mi libertad como lo hacía hace unos años por el miedo a ser asaltado, extorsionado o a quedar en medio de una balacera… De la misma manera que millones de mexicanos no pueden disfrutar de su libertad para ir la playa o salir a pasear con la familia, sea por miedo o porque ya no alcanzan los ingresos para tener medianamente unos satisfactores sencillos, como irse al campo con una manta, sentarse debajo de la sombra de un árbol y disfrutar de la naturaleza rodeado de tu familia y tus seres queridos para ver las flores, los pájaros y a los niños retozar persiguiendo a una lagartija. Es más, ya ni siquiera podemos ir al campo y disfrutar de un riachuelo o arroyo con ranas o pececitos porque todo eso se acabó; por lo que, para disfrutar de ello, quizás tendríamos que ir a China, en dónde, opino, se vive mejor a pesar de estar catalogada como una dictadura, respuesta que le di a mi nieta… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.