El bloque morenista va por todo. Es importante estar consciente de lo que implica que un partido, peor aún, que una sola persona tenga todo el poder de un país sin ningún contrapeso. Pues eso es lo que ha querido tener Andrés Manuel López Obrador, y ahora su candidata Claudia lo requiere con más ahínco. ¿Dónde radica el contrapeso que puede frenar a un o una mandataria autoritaria de llevar a cabo reformas a las leyes, inventar unas nuevas y sancionar otras? En el Congreso, tanto el federal como en los congresos locales de los distintos estados. Los diputados y senadores que lo integran son quienes tienen esa facultad. Por eso, el partido Morena anda pidiendo que voten por el carro completo; no solo por la candidata a la Presidencia de la República, sino también por legisladores que representen la mayoría suficiente para aprobar leyes a conveniencia del mandatario.

La autonomía del Congreso de la Unión debe ser un contrapeso para controlar los abusos de poder, promover el debate y transparentar el manejo de los recursos públicos. Una legislatura débil enfrentará serias dificultades en denunciar con apego a la ley las irregularidades, faltas y omisiones en las que incurra el ejecutivo en turno.

“El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente” dijo el político inglés Lord Acton. El poder sin supervisión se convierte en un peligro. Hoy Morena tiene una mayoría de diputados y senadores a nivel federal que actúan como súbditos y a quienes el presidente manipula a su beneficio, no ejercen su capacidad de análisis en sus deliberaciones, y obedecen ciegamente las órdenes de un líder ávido de poder. Las decisiones de un mandatario deben estar sujetas a discusión, evaluación de resultados y crítica. Por eso es importante la presencia de todos los partidos políticos en las cámaras legislativas, y la pluralidad en los otros poderes de la Unión; y desde luego contar con las herramientas de juicio que da la libertad de prensa y los medios de comunicación.

La participación de la ciudadanía es indispensable para que todas las necesidades de la sociedad sean expresadas y se puedan atender. Somos nosotros quienes debemos exigir que nuestros derechos sean respetados y dejar de extender la mano y agachar la cabeza. Los programas sociales son fundamentales, pero necesitan ser revisados para que los apoyos lleguen a donde realmente se requieren. Es elemental que entre gobernantes y ciudadanos se establezca un diálogo para alcanzar objetivos comunes. Así construiríamos una democracia ideal, incidiendo en la política y ejercer control sobre el poder del Estado.

“La ignorancia de un votante en una democracia, pone en peligro la seguridad de todos”, esta frase que nos dejó John F. Kennedy nos reitera el por qué debe reflexionarse el voto. ¿Cuál de las candidatas a la presidencia escuchará lo que necesitas tú y tu familia? ¿Quién ha trabajado con la gente más necesitada mejorando sus condiciones de vida sin alardes? ¿Quién promete mayores oportunidades de desarrollo personal y de empleo? ¿Quién brindará un mejor servicio de salud? Mi reflexión y análisis ha sido profundo llegando a la conclusión de votar por Xóchitl. Las promesas de Claudia son las mismas que AMLO incumplió en su tiempo.

LALC 

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