Cuando este artículo salga a la luz el lunes 3 de junio, ya debemos de tener nueva Presidenta de nuestro tan querido México.
Espero que la jornada electoral del 2 de junio, esta jornada histórica, se haya realizado con la paz, el respeto por nuestras leyes y la civilidad que hemos ido construyendo a lo largo de tantos años y que merecemos todos los mexicanos de bien. Espero que haya sido una ¡fiesta de nuestra democracia!
Y digo histórica porque lo es y en muchos sentidos: son los mayores comicios de nuestra historia ya que estamos llamados a votar 98 millones de ciudadanos*; vamos a elegir más de 20 mil de nuestros representantes, entre ellos a nuestra Presidenta, y esto cuando llevamos exactamente 71 años que las mujeres empezamos a votar en México, es ya en sí, una hazaña; porque estamos escogiendo entre defender nuestra democracia o rendirnos ante las dádivas del autoritarismo, nos volvemos a enfrentar a una elección de Estado… algo que muchos de nosotros ya creíamos superado al derrotar a la dictadura de partido del viejo PRI en el 2000. Es la elección en la que el presidente López ha sido excesivamente intrusivo y en la que nadie, ni el INE, ha tenido el valor y la fuerza de pararlo como deberían ni en tiempo ni en forma.
Ha sido también, y muy tristemente, la elección más violenta en la historia de nuestro País, con más de 30 candidatos asesinados y, si incluimos a los asesores, funcionarios, aspirantes, familiares y víctimas colaterales, son casi 300. No abrirán 222 casillas, de las 170 mil, debido a la inseguridad: 100 de ellas en Chiapas, 84 en Michoacán, 9 en Oaxaca, 8 en Nuevo León, 4 en Guanajuato, 3 en Colima, 2 en Tlaxcala y Chihuahua, Nayarit, Sinaloa y Ciudad de México con una cada una, dejando a cerca de 120 mil votantes sin poder ejercer sus derechos. ¡Estos datos me parecen increíbles! Que no se puedan abrir las casillas por la violencia es realmente muy preocupante. ¡Ojalá que hayamos salido a votar para revertir estos fuertes números!
He estado estos días previos entre preocupada, emocionada, esperanzada… rezando mucho. Espero de todo corazón que de verdad haya sido una fiesta de la democracia, donde triunfe el bien mayor para todos los mexicanos; que hayamos salido todos a votar, a ejercer libremente y con conciencia nuestro derecho y obligación a hacerlo… si todos participamos, va a ser muy difícil que hagan trampas. Donde haya reinado la paz, el orden, el respeto a las leyes que hemos ido creando y mejorando entre todos. Que los heroicos mexicanos que hayan sido escogidos funcionarios de casilla, representantes de partido u observadores electorales actúen con buen criterio y mucha responsabilidad, porque en sus manos está nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos. Que todos los encargados de proteger las urnas y nuestra democracia, llámense militares, marinos, Guardia Nacional, policías, lo hagan sabiendo que en sus manos está el más importante tesoro de la patria: nuestra libertad. Espero que el INE y el TEPJF (a pesar de que nuestros senadores desobligadamente no escogieron a los miembros que le faltan) actúen como el árbitro imparcial y justo que deben ser y que México necesita. He rezado para que todos los involucrados como candidatos y partidos tengan el suficiente amor a México para que puedan aceptar el triunfo o la derrota con honor, para que pongan el bien común y la verdad por encima de todo lo demás.
La moneda está en el aire… solo nos queda cumplir con nuestro deber de ciudadanos, participar, votar, ser ejemplo para nuestros hijos y nietos, denunciar si vemos algo que no es correcto, mantenernos al tanto de los noticieros y elevar nuestras oraciones al cielo, sabiendo que nuestra Virgen de Guadalupe no nos abandona nunca, para que sea una gran ¡fiesta de nuestra democracia!
*Según datos de Forbes México, 1º de junio del 2024, 5:29 pm.
LALC