VA QUEDANDO claro que tanto los foros como la encuesta que organiza la 4T sobre el tema de la reforma judicial acabarán siendo tan inútiles como bañar a un pez, pues se trata de una decisión tomada.
INCLUSO hay quienes comparan la actitud asumida por la virtual presidenta Claudia Sheinbaum con la que tuvo hace seis años Andrés Manuel López Obrador con el tema de la cancelación del NAIM en Texcoco.
EN 2018, se realizó una consulta (patito), se simuló que se escuchaba a los involucrados y, al final, se hizo lo que el tabasqueño quería. Y, en el caso de la reforma judicial, la cosa pinta muuuy parecida.
***
RECONOCIÓ el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, que ese partido político ya no existirá… como lo conocíamos.
TRAS HACER un mea culpa, el dirigente de Nueva Izquierda, la corriente que ganó la guerra de las tribus perredistas y se quedó con los despojos de la otrora principal fuerza de izquierda en México, ya avisó que los del sol azteca buscan volver con un nuevo partido político.
INCLUSO dejó entrever en su discurso el posible nombre de la nueva organización al decir que se convocará a quienes busquen un “México mejor”.
YA SE VERÁ si a los remanentes perredistas no les ocurre lo mismo que aquella conocida canción de Joan Sebastian que dice: “Y puedo cambiarte el nombre, pero no cambio la historia”.
***
PREOCUPANTE resulta lo que está ocurriendo en los alrededores del Aeropuerto Internacional de la CDMX.
MIENTRAS Protección Civil capitalina y Pemex aseguran que ya atendieron tres piquetes a un ducto que lleva turbosina, los vecinos de varias colonias de la alcaldía Gustavo A. Madero y el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl siguen quejándose por el olor a hidrocarburos en las alcantarillas.
EL INCIDENTE no es aislado si se toma en cuenta cómo se han detectado tomas clandestinas de huachicol en los últimos años en la zona cercana a lo que fue la refinería de Pemex en Azcapotzalco, así como en zonas de Tlalpan, Venustiano Carranza, Iztacalco y Miguel Hidalgo.
SI A LO anterior se suma el misterio que rodea a la contaminación de un pozo de agua potable en la Álvaro Obregón que provocó en marzo y abril severos problemas en la Benito Juárez, el panorama pinta a una ciudad en donde la seguridad de las tuberías está en entredicho.
MÁS ALLÁ del daño al erario que significa el huachicoleo en la CDMX, los riesgos a la salud de sus habitantes y, tocando madera, la posibilidad de incendios o explosiones, parecieran ser suficiente razón para que las autoridades le pongan cara seria al asunto. ¿O no?