Como algunos (no muchos), estoy atento a lo que pasa en el entorno. Lo internacional, aunque no nos afecta tanto, sí es de preocupar; ya la guerra en Ucrania donde Rusia protege sus fronteras, como el genocidio que hace Israel de la población Palestina o las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. O nuestra América Latina, donde se debaten dos modelos de gobierno que siguen sin mostrar sus buenos resultados, ya en el extremo Venezuela con Maduro y en el otro Argentina con Milei, pues mientras aquel es un tirano populista, éste es un autócrata partidario del mercado.
Pero en nuestro México, podemos y debemos estar enterados de lo que acontece, pues de alguna manera, nos afecta. Con la victoria abrumadora este 2 de junio, de la alianza de partidos liberales sobre la de los conservadores, se perfila una larga continuidad del proyecto del Presidente AMLO en lo que él ha llamado la “Cuarta Transformación”. Como aquí lo he escrito en los 6 años anteriores, Claudia Sheinbaum sería la elegida por AMLO y con eso, aseguraba ser la primera Presidenta de México. Los gobiernos, es cierto, crean condiciones para que la sociedad pueda desarrollarse y las comunidades construir mejores condiciones de vida. Solo que en México esperamos que el gobierno haga todo, tanto como quisiéramos que el buen diosito nos hiciera milagritos en la cotidianidad.
Pero la vida no es así. Es en realidad el trabajo individual y colectivo el que crea prosperidad, de la mano, eso sí, con gobierno eficientes y eficaces. Morena y sus aliados serán gobierno por más sexenios como aquí lo he comentado. Su proyecto de nación se basa en desarrollar un gran Estado Benefactor que reparta beneficios a los más pobres y con esos apoyos sociales alivie las carencias centenarias que tienen, solo que tolerando al crimen organizado y con una alianza clara con las leales fuerzas armadas, para tener al País controlado. Faltan ahora, con la mayoría calificada que obtuvieron en las dos cámaras legislativas, cambiar la Constitución y tener el control del Poder Judicial y el organismo electoral, todo sin organismos de contrapeso.
Claudia es una mujer brillante y formada en la izquierda histórica, en los movimientos estudiantiles de la UNAM (en esta editorial recordé el haberla conocido en la DEPFI UNAM; su formación académica es sólida y su arraigo a las causas nacionalistas, así como su trabajo por el medio ambiente son indiscutibles. Confirmó a Rogelio Ramírez de la O. al frente de la SHCP, lo que aseguró tener a un experto reconocido en los mercados financieros internacionales. Esta semana, con el anuncio de la formación del gabinete, da un primer paso que asegura una plataforma de experiencia en los asuntos que les serán conferidos. Marcelo Ebrard, -quien ya pasó por 5 partidos políticos- pero es un verdadero moderado, tiene mucha experiencia en política exterior para ser Secretario de Economía, pues le tocó intervenir en la negociación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Juan Ramón de la Fuente, el ex Rector de la UNAM, un liberal moderado, es una garantía como Canciller pues tiene experiencia como embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas. Me da gusto el nombramiento de Alicia Bárcena, pues, además de haber sido Canciller, tiene un amplio conocimiento de organismos internacionales y tiene trayectoria en la defensa del medio ambiente (fue subsecretaria de esa Secretaría). Igualmente, tener a Rosaura Ruiz, quien será la primera secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (CONACYT), quien es una científica muy reconocida en el ámbito de la ciencia y del desarrollo tecnológico. Ernestina Godoy, será la Consejera Jurídica de Presidencia, una mujer dura y de principios políticos firmes. El próximo titular de la Secretaría de Agricultura, Julio Berdegué, es un experto en la materia y con amplia experiencia en la FAO.
Los nombramientos, a diferencia de los primeros que hizo AMLO, son de expertos no radicales ni que antepongan la ideología radical al trabajo en favor del País. El gabinete de una Presidencia lo que garantiza es un tener un espacio colegiado, que ayudará a la Presidenta Sheinbaum a tomar las mejores decisiones. Todos los elegidos, no son militantes delirantes o fanáticos del partido en el poder. Se mueven en el ámbito internacional como seguramente lo hará Sheinbaum. ¿Hará lo mismo Libia en Guanajuato o repetirá el esquema de elegir solo a militantes del PAN?