EL SEGUNDO ANUNCIO de integrantes del gabinete de Claudia Sheinbaum continuó con la tendencia de perfiles moderados, claramente más enfocados a lo técnico que a la grilla y con un aura que, sin duda, tranquiliza a los mercados y los inversionistas.

DE ENTRADA la designación de David Kershenobich en Salud era algo que se veía venir con agrado y esperanza. Por lo pronto el ex director del Instituto Nacional de Nutrición ya pintó su raya respecto de la promesa obradorista de “ser como Dinamarca”.

A LA EFICIENTE e implacable Raquel Buenrostro le fue asignada una misión que debería ser crucial: la Secretaría de la Función Pública. Después de ver cómo logró meter en cintura a tantos evasores de impuestos y mejoró la recaudación del SAT, podría pensarse que pondrá orden en la burocracia federal. Aunque, siendo funcionaria del actual gobierno, también puede significar un freno a la investigación de muchas de las irregularidades denunciadas en este sexenio.

A QUIEN habrá que seguir muy de cerca es a la nueva titular de la Secretaría de Energía, Luz Elena González, una de las personas de más confianza y cercanía para la nueva Presidenta. Pasa de llevar las finanzas capitalinas a dirigir la política energética que, conforme los dichos de Sheinbaum, pretende dar un mayor acento a las energías renovables y limpias.

 

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POR CIERTO, Rogelio Ramírez de la O repetirá en Hacienda, pero no estuvo en la presentación porque apenas venía de su intempestivo viaje a Londres, a donde llevó un presunto mensaje de tranquilidad a mercados e inversionistas sobre la reforma judicial.

FUE A DECIR que la reforma será atemperada con las leyes secundarias. A ver si es cierto. No se había visto que un titular de Hacienda acudiera al extranjero en labores de bombero. Algo para tomar nota. A ver cuántos viajes más tiene que hacer ante la creciente preocupación internacional.

 

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COMO UN hecho inédito hay clasificar el foro de ayer en la Cámara de Diputados sobre la reforma judicial. Participaron tanto los entusiastas de la propuesta oficialista de resetear el Poder Judicial, como magistrados y ministros a los que finalmente se les dio la oportunidad de plantear públicamente sus opiniones.

Y LOS REPRESENTANTES de los tribunales no llegaron a oponerse a la reforma. Al contrario: reconocieron, primero, la enorme apertura mostrada por la 4T con la realización de estos foros. Y más importante: reconocieron la necesidad de, efectivamente, darle un nuevo cariz a la justicia en México; pidieron hacerlo de manera gradual y cuidando no destruir lo que sí ha funcionado.

ESTÁ DIFÍCIL saber si serán escuchados y, sobre todo, si la aplanadora legislativa del gobierno federal les hará caso. Pero al menos ayer, hasta parecía que vivíamos en una República.

 

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