Hace algunos años escuché una frase que me impactó y desde entonces la tomo en cuenta antes de acusar o reclamar: “Cuando apuntas con el dedo, ten la certeza de que tres te señalan el corazón”.
Somos responsables de las decisiones y acciones que tomamos. Por más que se intente tapar el sol con un dedo, la verdad siempre saldrá a la luz. No hay manera de que una acción realizada por alguien con poder quede impune u oculta; si nuestras acciones, como simples mortales, son observadas, imagínese las de un poderoso.
Estas acciones forman parte de nuestra historia y legado, que pasarán a nuestra descendencia. El fluir de las generaciones no impedirá que la infamia será recordada.
El pasado 27 de junio quedará inscrito en la historia de nuestro amado estado como el día en que la corrupción se cubrió de leyes para destruir un bien común. He leído comentarios del público que, sin conocer los detalles, se apresura a dar su opinión. He escuchado a la fuente de origen defender lo mismo que propuso y dictó, como si fuera algo ajeno. Estoy perpleja ante esta incomprensible acción. El Fidesseg fue constituido en abril de 2019. Un grupo de ciudadanos comprometidos con nuestro estado nos dimos a la tarea de replicar un programa exitoso del estado de Chihuahua. El financiamiento proviene de incrementar el impuesto sobre nómina (cedular) del 2.5% al 3%. Este excedente, que no grava a los empleados sino a las empresas e Instituciones, se destina a programas sociales, de seguridad pública y educativos en beneficio de toda la población. El gobernador en aquel histórico momento prometió, además, incrementar el monto recaudado de esa bolsa con la del impuesto vehicular, algo que hasta hoy no ha sucedido.
El jueves, una mayoría en el Congreso emitió un exhorto para la extinción del Fidesseg, olvidando que una promesa no puede cumplirse haciendo daño a otros.
Les cuento, el Fidesseg tiene dos ramas: Actuando, relacionado con la seguridad, y Fe Guanajuato, que observa proyectos de estructura y beneficio social enfocados en los más vulnerables. ¿Es perfectible? Sí, puede mejorar indiscutiblemente. Es importante recalcar que cada asociación o institución que recibe recursos es auditada por la Secretaría de Finanzas y la Sedeshu. Si alguna asociación no cumple con lo establecido debe devolver el dinero, además de ser sancionada. Dicha sanción dependerá de la situación, es decir si hay engaño o no pudo cumplir con lo establecido se le demandará.
Soy consejera de Actuando, uno de los brazos de Fidesseg, puedo constatar la pulcritud con la que se revisan los expedientes de las asociaciones, así como la honestidad y puntualidad en nuestro trabajo. En estos tres años se han aplicado 393 millones de pesos para fortalecer los centros del C4, observatorios ciudadanos, mesas de seguridad y asociaciones que rescatan a víctimas de la violencia y la drogadicción; además de fortalecer la educación de niños y jóvenes. Y adecuar espacios para promocionar el deporte y la cultura.
Muchas personas nos hemos beneficiado de contar con una policía más robusta, reflejado en la disminución de delitos como el robo a casa habitación y vehicular, entre otros. El crecimiento que han tenido estas asociaciones es inédito, pues con este recurso menos limitativo de las dádivas gubernamentales han podido extenderse en la población repercutiendo así el beneficio de manera más rápida y efectiva.
¿Es correcto extinguir este fideicomiso? Depende de quién lo razone. Si le preguntamos al gobierno, dirá que sí, pues necesita manos libres para ejercer recursos. ¿Es justa? La historia será quien hable, mas quedará en la conciencia de quienes no han cumplido desde la honradez del servicio y solo han votado como fieles lacayos.