Ojo, todavía no gana Trump, desgraciadamente…
R- Guarraguauuu, mi Santias: ¿acaso eres de los que les gustaría que ganara Trump?
S- No, mi Rufo, pero tampoco soy de los que quieren que gane Joe Biden, a quien considero un títere del complejo industrial militar de USA, cuyo negocio es la muerte, por lo que promueven guerras en todo el mundo.
R- Grrr, ya me hiciste bolas, mi ínclito humano; no quieres que gane Trump y tampoco quieres que gane Biden, ¿entonces qué pitos quieres?
S- Así como querer, querer, me gustaría que regresara John F. Kennedy, quién fue un presidente gringo y católico que entendía que el desarrollo de América Latina, México incluido, le convenía a USA. Su política exterior no se sustentaba en la guerra, como la de hoy con Joe Biden, tampoco en pisar a los competidores, como la de Donald Trump. Lo que Kennedy buscaba era que todos progresaran, de esa manera el poder adquisitivo mundial crecía, lo que beneficiaba a USA, en aquel tiempo líder en producción y desarrollo tecnológico. Kennedy y los anteriores presidentes de USA entendían que el progreso de todos beneficiaba a todos; no es casualidad que El Milagro Mexicano coincidiera en fechas con políticas de desarrollo mundial de la postguerra cuyo eje era el libre mercado y el crecimiento económico, es decir, ampliar los mercados para generar riqueza, la que no se sustentaba en la especulación financiera, sino en el impulso a la innovación y en la producción de bienes y servicios enriquecida con desarrollo tecnológico y apertura de mercados que beneficiaban a la humanidad…
China fue y es el caso más paradigmático de un desarrollo sustentado en crecimiento de mercados y desarrollo tecnológico, por eso hoy es potencia mundial; el problema es que USA dejó de buscar una competencia en esos terrenos y se inclinó por la especulación financiera, exportando la producción de bienes (sus fábricas y tecnología) a naciones con bajos salarios (China e India) que aprendieron y hoy le compiten con ventaja, competencia que Trump busca frenar a través de cierre de fronteras vía sanciones y aranceles, lo que en reciprocidad cierra mercados e impone aranceles para USA, en una relación de perder/perder, en la que la alternativa es el uso de la fuerza a través de guerras y sanciones para frenar el desarrollo de otros y no perder una supremacía ficticia, lo que en el proceso disminuye mercados, lesiona economías, genera problemas económicos y sociales en muchas naciones (antes clientes) y obvio acaba con el poder adquisitivo y con las clases medias que consumen; lo que impulsa más violencia como camino equivocado de solución, ya que una economía sana se sustenta en un sistema productivo que, en un entorno de paz genera empleos que sostienen a una sociedad que consume y da vida a los ciclos económicos.
El camino correcto es mejorar las economías de todos los países para ampliar mercados que den vida a sistemas productivos que generen empleo y bienestar y por consiguiente demanda de productos que sostengan las economías nacionales y el sistema económico mundial que por su propia naturaleza es interdependiente, lo que no entiende Donald Trump;… en otras palabras, si a China, América y Europa, Rusia incluida, les va bien, comprarán más productos norteamericanos dando sustento a la economía de USA; caso contrario los mercados se contraen, las economías caen, la pobreza crece y se genera violencia social, lo que aumenta la presión para eliminar competidores,… por las buenas o por las malas, agravando todo.
Durante los 40´s, los 50´s y los 60´s USA creció con base en una economía sustentada en la generación de riqueza por el desarrollo industrial, pero ojo, para que se diera ese crecimiento, USA necesitaba mercados de compradores cuyas economías les permitieran adquirir productos de USA. Repito, el camino no es frenar a los demás para que no me rebasen, el camino es impulsar a todos y trabajar de manera eficiente promoviendo la libre competencia, la innovación y el desarrollo tecnológico para que, siendo líder, mis productos sean demandados. El camino es el trabajo productivo y la libre competencia que impulsa el desarrollo, no la dominación.
Cierro el presente artículo, mi Rufo, con una reflexión final: Con Trump tendremos una guerra comercial idiota de la cual saldremos en 4 años; con Biden tendremos una posible guerra mundial nuclear, con el alto riesgo de la extinción de la vida en el planeta… ¡Ojalá gane Trump!… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador