“Que se haga la justicia en los bueyes de mi compadre”.

No pude dejar de pensar en esta frase tras leer y escuchar hace un par de semanas a muchos de los integrantes de la Marea Rosa.

Personajes que antes de la elección valientemente defendían al INE cambiaron su postura tras la paliza de Claudia sobre Xóchitl.
¡Fraude masivo! ¡Se robaron casillas! ¡Usaron inteligencia artificial!

Y no sé cuantas más mafufadas.

Conste, no creo que la contienda haya sido justa y aquí lo hemos comentado muchas veces, fue una elección de estado: presupuesto canteado, apoyos sociales con tintes electoreros, violar tiempos y formas ignorando la ley y AMLO como un jefe de campaña sin tapujos.

Pero todas estas trampas fueron antes del 2 de junio.

Ganaron la elección antes de la jornada. La ganaron por una astucia libre de cualquier recato ético o legal. Y también por cierto la ganaron por errores del frente opositor y de Xóchitl.

El INE hizo un gran trabajo, como siempre lo ha hecho.

Y sin embargo le llovieron los ataques de los que otrora lo defendían.

Defiendo al INE. siempre y cuando me gusten los resultados.

Porque si no la tonada cambia.

Que se haga la justicia. en los bueyes de mi compadre.

Que la realidad impere con todos. menos conmigo.

Hace poco escuché una interesante charla que impartió el presidente Argentino Javier Milei en el Hoover Institute de Stanford.
Por supuesto que sabemos que es un defensor a ultranza del capitalismo y del mercado como el máximo promotor de la riqueza. Sus ideas son extremas, pero también refrescantes, porque si se va a errar en un extremo, para mí es mejor hacerlo con el modelo que genera riqueza y no con uno que está probado que genera pobreza.

Pero bueno, eso sería otro tema y mi reflexión no va por ahí.

Me llamó poderosamente la atención algo que dijo.

“Cuando uno trabaja en el mundo de los negocios usa modelos porque la realidad es compleja. Los usas para comprender mejor lo que estás haciendo y para focalizarte en las cosas más relevantes. Pero cuando el modelo no mapea (concuerda) con la realidad, uno tira al modelo. 

Es decir, uno no se enoja con la realidad. Si ustedes en una empresa se enojan con la realidad y abrazan al modelo van a perder sus empleos porque van a estar perdiendo un montón de dinero”.

No pelearse con la realidad.

Oro molido.

Una regla que debería ser de cabecera para todos y para todo.

Una regla que contrasta con lo que parece ser el alma de nuestra era: que la realidad impere con todos. menos conmigo.
Si no me gusta la realidad, ataco al mensajero. Si no me gusta la realidad, protesto o vocifero. Si no me gusta la realidad, me escondo. Si no me gusta la realidad, creo otros datos.

Creo una realidad más fácil de comprender, más cómoda. 

Por supuesto que es una comodidad engañosa. Un espejismo que nos impide entender el problema y diseñar un plan para enfrentarlo.

Una comodidad que termina por ser incómoda.

Tal como pasó en la elección, por ejemplo, con nuestra encuesta presidencial. Era más fácil atacarla que aceptar la realidad de la contienda para planear un cambio de rumbo, para cambiar el modelo. Un espejismo que se esfumó el 2 de junio cuando la realidad tocó a la puerta.

¿Qué es lo conducente cuando la realidad te avisa que vas mal?

Tirar el modelo. 

Cuestionar porqué no funciona. y ajustar en consecuencia.

Como dice Shane Parrish: el que no ajusta sus acciones a la forma como funciona el mundo termina por recibir miseria.
Una de las cosas que más me molesta del mal-funcionar de la 4T es que vive en un mundo fantasioso. Un mundo donde se pelean con la realidad un día sí. y el otro también. Un mundo donde lo que importa es el modelo. Un mundo donde ignorar la realidad nos ha costado ya mucho.

Si actuamos igual cuando la realidad no nos gusta terminaremos por convertirnos exactamente en lo mismo que criticamos.
Y lo peor, México seguirá sometido al yugo de un modelo que no funciona y seguiremos peleando con la realidad.

Posdata. Esta medicina me va a matar. “No importa, es la que hay. Pero si quieres negociamos la dosis, te la doy gradualmente”. Exactamente esto es negociar la gradualidad de la reforma al Poder Judicial. Es una zoncera. El problema no es el tamaño de la dosis. ¡El problema es que es la medicina equivocada!

En pocas palabras.

“Acepta la realidad y enfréntala”.

Ray Dalio, inversionista estadounidense.

benchmark@reforma.com      

Twitter: @jorgemelendez

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