LA DESIGNACIÓN que más ámpula ha levantado es la de Mario Delgado en la Secretaría de Educación Pública. No tanto porque ahora pasamos de Marx a un egresado del ITAM, sino por el rol que ha jugado recientemente el nuevo titular.
NO SE ACABA de entender por qué Rosaura Ruiz, con todas las credenciales para esos menesteres, fue impedida para llegar a la SEP y en ese lugar se nombró al dirigente del partido oficial. Tal parece que eran ciertos los dichos de que la nominación de Ruiz no fue aceptada en Palacio Nacional y por eso le crearon mejor una Secretaría de Ciencia.
NO ESTÁ MAL la nueva dependencia científica, pero al menos debería haber congruencia con quien lleve las riendas de la SEP.
EL AVISO es que con el nombramiento del líder de Morena en la SEP, esa dependencia seguirá siendo un lugar para la grilla. A ese paso importarán menos los niños que las licencias sindicales; o serán más importantes los bonos para los activistas después de los paros y reclamos que los resultados de la prueba PISA de los niños. A menos de que Mario Delgado sea una revelación nacional y no solo saque 10 en conducta, sino se esmere por elevar la calidad educativa.
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LA DESIGNACIÓN DE Omar García Harfuch estaba más que cantada. El nieto del general Marcelino García Barragán deberá tener muy buena comunicación con la Sedena y la Marina. Y deberá lidiar con el súper poder castrense.
PERO SOBRE TODO tiene el mayor reto del sexenio: cambiar el curso de la narcoviolencia y darle certeza a la población de que puede andar tranquila en las calles, las comunidades, los sitios turísticos y las carreteras.
OFRECIÓ FORTALECER a policías locales, asunto que estaba olvidado, y basarse en seguimientos de inteligencia para los golpes.
LAS SECRETARIAS Rosa Icela Rodríguez y Ariadna Montiel son las encargadas del control y literalmente de la gobernabilidad. Es bueno que dos mujeres estén al frente de esas tareas. Estarán en una gran vitrina para que sus cargos no sean usados en beneficio partidista, sino con la prioridad ciudadana.
OJALÁ QUE la responsable de la política interior deje de tener un papel inferior, como ocurrió en este sexenio, y realmente coadyuve al diálogo y la concordia. ¿Es mucho pedir?
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EL SÁBADO 6 DE JULIO, el Frente Cívico Nacional, que estuvo en el centro de las movilizaciones de la Marea Rosa, realizará un encuentro ciudadano para evaluar lo ocurrido en las elecciones federales pasadas y determinar qué camino tomar en el futuro. Será una reunión importante que puede contrastar con los pleitos que consumen ahora a los partidos opositores.
EN SUS DELIBERACIONES estará seguramente la pertinencia de formar un nuevo partido político que recupere el talante opositor de la campaña. Habrá que ver sus definiciones, pues representan a un importante segmento ciudadano.