RESULTA interesante saber cómo se decidió designar a la sexta magistrada electoral que participará en la calificación de los comicios presidenciales. Los candidatos eran la presidenta de la Sala Regional Monterrey, Claudia Valle Aguilasocho; el presidente de la Sala Regional Toluca, Alejandro David Avante, y la magistrada de la Sala Regional Guadalajara, Gabriela del Valle Pérez.
LA DECISIÓN TENÍA que ser por quien fuera decano o decana, pero había una extraña coincidencia: Valle Aguilasocho y Del Valle entraron a la magistratura electoral en la misma fecha, el 17 de marzo de 2016. Así que, descartado el magistrado Avante, quizás lo que procedería era seleccionar a la magistrada de mayor edad, dado que su antigüedad es similar.
VALLE NACIÓ el 20 de octubre de 1972 y Del Valle nació el 4 de enero de 1964, es decir la magistrada de la Sala Regional de Guadalajara es ocho años mayor que la presidenta de la Sala Regional de Monterrey. Peeero por alguna razón se decidió que Claudia Valle sea la sexta magistrada.
EN LOS CORRILLOS del Poder Judicial y, particularmente, en los pasillos del Tribunal Electoral se dice que Claudia Valle es muy cercana al magistrado federal Felipe de la Mata. Dicen que es su comadre. Y se cuenta que uno de los tutores en su carrera judicial es el ex consejero electoral Constancio Carrasco, quien últimamente fue muy mencionado como uno de los aliados de Carlos Alpízar en las presiones que hicieron sobre jueces para que favorecieran decisiones que beneficiaran a la 4T.
OJALÁ QUE el nombramiento de la sexta magistrada corresponda a un criterio legal y correcto… y no a otros factores como los que se comentan en los pasillos judiciales.
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ESO DE la 4T sí que transforma. La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, ejerce el mando de manera compartida y muy democrática. Ordenó a su séquito prohibir el acceso a uno de los elevadores del edificio municipal a la regidora Claudia Casas, presidenta de la Comisión de Hacienda del Cabildo y también morenista como la alcaldesa.
A CABALLERO le molesta compartir el elevador con otras personas aunque sean de su partido y de su gobierno. Dice que es como si alguien se metiera a su baño particular. Desde luego que la regidora Casas ha protestado por semejante prohibición, pero no ha tenido de otra más que subirse al elevador de junto.
Y SI DE PLANO la regidora Casas se enfada por el trato recibido de su jefa, podrá dedicarse de tiempo completo a lo que más le gusta que es ser actriz en películas que tratan temas de cárteles y violencia de las que su esposo es productor.
ALLÁ EN Tijuana muchos se acuerdan cuando la regidora se disfrazó de sicaria, con arma en mano y ropa teñida en sangre, para Halloween. Ésas son las preocupaciones de los gobernantes de Morena en la ciudad fronteriza donde ha repuntado la violencia pero en serio.