Hay quienes piensan, con certeza, que en la impugnación de la elección de Monterrey, la cual ganó ampliamente el priista Adrián de la Garza, hay o habrá “mano negra”.

Es decir, piensan -y para ello se basan en la interpretación de varias señales emanadas del mezzanine de la Pirámide del Sol- que tanto el saliente como la entrante operarán para hacerle el favor al gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien se ha mostrado tan acomodaticio con Morena.

Las señales a las que nos referimos son:

1.- La defensa abierta y pública que hiciera el inquilino de Palacio Nacional afirmando que el PRI y el PAN “hostigaban” a Samuel y que hasta le habían golpeado a funcionarios.

Afirmaciones ambas falsas de toda falsedad, pero el dicho del Tlatoani Tabasqueño mandó una orden al morenato de que defendieran a Samuel, su aliado, con quien Morena prosperó en las elecciones pasadas, al grado de que la candidata oficial sólo perdió en Monterrey, San Pedro y San Nicolás en todo el Estado, ello cuando no había pintado para nada en pasadas elecciones.

Pero, además, la sucesora:

2.- Recibió en su sede de campaña, solos, no sólo a Samuel García, sino a la impugnadora de las elecciones de Monterrey, Mariana Rodríguez.

Ello cuando la misma Presidenta electa al recibir a los otros Gobernadores electos lo hizo en grupo. Samuel y Mariana fueron los únicos a los que recibió a solas.

Este hecho es otra señal de favoritismo dirigida al morenato en el sentido de que la Presidenta electa ve con buenos ojos tanto al controvertido Gobernador como a su esposa, a quien éste quiere imponer como Alcaldesa de Monterrey a como dé lugar.

Al parecer la idea es que el Tribunal Estatal Electoral, mediante alguna maniobra basada en dos magistrados afines a Samuel, busque el pretexto ya sea para ellos anular la elección o encontrar la forma en que lo haga el TEPJF y repetirla, sumando a Morena con MC para impulsar a Mariana en una segunda ronda, para que supere en votos a Adrián de la Garza y así domine y gobierne la pareja tanto el presupuesto estatal como el municipal que, sumados, son algo considerable.

A estas alturas no cuenta este su articulista con elementos como para aseverar si tendrá éxito o no esta maniobra. Dependerá de qué tan fuerte se meta en el proceso la mano negra de la 4T. Suponemos que mucho dependerá de lo fuerte que sea la defensa de la elección por parte no sólo del PRI y del PAN, sino de los demás actores de la sociedad regiomontana.

Si la mano pachona mide mucha resistencia, quizá decida no presionar u operar con pleno descaro para no enseñar -más- la oreja antidemocrática y autoritaria de la que goza de fama bien ganada, dentro y fuera de México.

Pero si ve que al empujar ceden las “fuerzas vivas”, quizá se animen a tumbar la elección y obligar a que se dé una segunda elección en la que echarán toda la carne al asador para revertir el resultado de los comicios originales, y así quedarse con el Estado vía la pareja García-Rodríguez a la que sienten parte de su causa, pese a pertenecer a lo que se supone que es otro partido, pero que desde un principio les afirmamos que su dirigente e integrantes deben considerarse paleros de la 4T, con quienes operan en sintonía.

Hace tiempo que Dante Delgado y el Mesías Macuspeño son amigos y operan para ayudarse mutuamente. De manera que aprovechar una situación en la que les restarían poder al PRI y al PAN, tomando ellos aún más del mismo vía interpósita persona, les caería -como lo ha dicho el Emperador Lopezuma- “como anillo al dedo”.

Repetimos: no afirmamos que sucederá, sino meramente que están pensando en intentarlo.

Paradójicamente, algo que puede cambiar sus planes es lo que sucede fuera de México, en Estados Unidos: el súbito fortalecimiento de Donald Trump y la suma a su campaña de un clon radical (J.D. Vance) como Vicepresidente, cuya retórica es antimexicana, elevarán la presión al saliente y a la entrante, por lo que pudieran repensar el tiro que pretenden para no generar más críticas por su tolerancia al narco y autoritaria intolerancia a la crítica y la oposición.

 

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