AYER se despidió Andrés Manuel López Obrador de los padres de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, y lo hizo sin haberles cumplido la promesa de justicia. De hecho, fue todo lo contrario, pues el morenista tomó como bandera el crimen de Iguala, pero una vez en el poder hizo todo… para no aclararlo.

UNO DE los puntos que más dolió a los deudos de los muchachos, fue que el presidente les escribiera una carta (hace apenas una semana) en la que trata de justificar haber optado por encubrir cualquier indicio de participación del Ejército en los hechos de 2014. 

HASTA DONDE se sabe, ni los padres de los normalistas ni sus abogados quedaron satisfechos con la última reunión con AMLO, pero no les queda de otra que confiar ahora en que Claudia Sheinbaum -con quien se reunieron ayer- no dará carpetazo al asunto. 

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¡AH, CARAY! Ya empezó la censura dentro del INE que encabeza Guadalupe Taddei. El jueves se iba a realizar un foro sobre la sobrerrepresentación legislativa y, casuaaalmente, les cancelaron el uso de las instalaciones a los organizadores.

HACE UNA SEMANA, el perredista Guadalupe Acosta Naranjo recibió la confirmación del INE de que podía utilizar el auditorio los días 31 de julio y 7 de agosto, para el foro en el que participarán José Woldenberg, Lorenzo Córdova y Leonardo Valdés, los tres ocuparon el cargo de consejero presidente; y la analista María Amparo Casar. 

SE SABE que el tema del reparto de plurinominales le resulta especialmente molesto a Morena. Quién sabe si fue por eso, pero de última hora le negaron a Acosta Naranjo el uso de las instalaciones. ¿El motivo? Pues que de pronto se acordaron que, justo en esos días, tienen que remodelar el auditorio para salvarlo del mal olor, la humedad, las esporas ¡y hasta el Covid!

SUENA a broma, pero eso fue lo que argumentó Claudia Edith Suárez Ojeda, quien está como encargada de despacho de la secretaría ejecutiva del INE y que, por lo visto, tiene un doctorado en redactar excusas fantásticas.
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QUE EL ARGENTINO Javier Milei haya arremetido contra el fraude electoral de Nicolás Maduro, no sorprende. Pero que las sospechas sobre el resultado también vengan del izquierdista brasileño “Lula” Da Silva, mete tensión en toda Latinoamérica, incluido México.

PARA EL GOBIERNO de López Obrador, las elecciones en Venezuela se han convertido en un laberinto diplomático y político del que no saben cómo salir. Porque las simpatías y querencias del mandatario mexicano, evidentemente, están con Maduro.

PERO EL COCHINERO del proceso electoral que ganó el bigotón dirigente, hacen imposible para México salir a aceptar, así como así, el resultado y darle un espaldarazo al régimen… aunque eso contradiga su postura de “no injerencia” y de decir que “el pueblo manda”. 

QUIZÁS SERÍA un buen momento para pintar su raya con el autócrata venezolano, aunque eso significaría para AMLO meterse en problemas con los ultras de su propio movimiento. ¡Qué dilema!

 

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