Es más fácil perdonar a un enemigo que perdonar a un amigo.” 

William Blake

 

Sí, hay mucha preocupación por lo que venga en los próximos meses con la detención de Ismael “El Mayo” Zambada en los Estados Unidos. Hasta el momento, la versión que cobra más fuerza es la de una traición al capo de capos mediante el uso de la fuerza.

A “El Mayo” se lo llevaron en contra de su voluntad, dice su abogado Frank Pérez, mientras ofrece detalles que describen el levantón de un titán entre los criminales: lo habrían engañado para acudir a una cita, lo golpearon, es probable que hayan matado a sus guardaespaldas, lo sometieron y lo subieron a un avión, amarrado, con una capucha en la cabeza. Todo bajo la directriz de su ahijado, Joaquín Guzmán López.

¿Lo vendió “El Chapito”? ¿A cambio de qué? ¿Reducir la pena para él y para su hermano, Ovidio? ¿Una vendetta por viejas rivalidades y egos lacerados? ¿Un quid pro quo: “El Mayo” y los Chapitos Guzmán López a cambio de impunidad para los Guzmán Salazar? ¿Una ofrenda de paz frente al recrudecimiento del combate contra la mafia mexicana en el próximo gobierno gringo? ¿O acaso no hubo ningún pacto y todo se trató de una operación abierta de agencias estadounidenses en territorio mexicano?

Sea como sea, en ninguna de las versiones pinta el gobierno de México. Queda claro que las autoridades estadounidenses no confían en las autoridades mexicanas y que la inteligencia del país es brutalmente inepta. ¡Nunca supieron que “El Mayo” había sido detenido hasta que estuvo en custodia de los estadounidenses! ¡Nunca supieron que el “Chapito” Guzmán López negociaba con las agencias del Tío Sam! ¡Nunca supieron que habían salido uno o dos o tres aviones del territorio rumbo a Estados Unidos con dos de los más poderosos narcos a bordo!

¿Deberían saberlo? ¡Claro que sí! Los bienquerientes del presidente López Obrador, expertos en acrobacias argumentativas para dejarlo bien parado siempre, dicen que es algo de los gringos, que es algo de los narcos, que es algo de los narcos y los gringos, como si todo eso fuera ajeno al Estado mexicano.

Los estadounidenses no son nuestros enemigos, sino nuestros principales socios comerciales y nuestros vecinos. Nos unen lazos históricos, políticos, sociales y económicos. En una relación de mutua confianza habríamos tenido una operación mucho más organizada para la narrativa pública.

En su lugar, vimos nuevamente al presidente desnudo, desinformado, cerril, aldeano y disminuido. No sabía nada de nada de nada, esforzándose en minimizarlo todo, celebrando que “tal vez se entregó” o que “tal vez decidió ir a Estados Unidos”. Vimos a una secretaria de seguridad inculpando al piloto y empresario estadounidense Curtis Parker, que no tenía nada que ver en el asunto y se llevó el susto de su vida al ser vinculado en una mañanera con grandes capos. Vimos a Rosa Icela Rodríguez haciendo una recopilación de información basada en tuits, colérica de pronto ante las preguntas de la prensa que no tenía idea de cómo responder. Vimos a un gobierno chiquito.

Y es ese mismo gobierno chiquito el que tiembla de miedo frente a lo que pueda cantar “El Mayo” Zambada, el hombre traicionado que mucho sabe de los acuerdos en el norte que hicieron ganar a la 4T, con gobernadores que entregarán más pretextos que resultados como Alfonso Durazo en Sonora o como Rubén Rocha Moya en Sinaloa. ¿Algo conocerá “El Mayo” del narco-candidato Américo Villarreal y el oscuro financiamiento detrás de su campaña, tan ligada al “Rey del Huachicol”, Sergio Carmona?

¿Qué sabe “El Mayo” de los otrora poderosos priistas y panistas? ¿Y cuántos empresarios no estarán metidos en sucios negocios que apadrinó el Cártel de Sinaloa?

“El Mayo” va a cantar…

 

De Colofón

 

Mientras tanto, en Tamaulipas el crimen organizado asesina a Julio Almanza Armas, de la Concanaco en Matamoros, su crimen: denunciar la crisis que viven la economía del estado asfixiada por las extorsiones.

¿Y el gobernador Américo Villareal?, Haciendo nada.

Estimados amigos, escribir esta columna es una de mis mayores pasiones y alegrías. De corazón, quiero agradecer que me permitan acompañarlos con su lectura cada semana, tomaré unos días de vacaciones, espero poder acompañarlos de nueva cuenta el próximo 31 de agosto.

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