“La libertad es el oxígeno de la humanidad”.
Mos Def
Esta semana, legisladores y legisladoras que por decisión propia formaremos parte de la quinta generación de la Red de Acción Ética Política (RAEP) a partir del primero de septiembre en el Congreso de la Unión, nos reunimos para reafirmar nuestro compromiso con los valores que guiarán nuestra labor en los próximos tres años. Representando al Senado y la Cámara de Diputados, y pertenecientes a diferentes partidos políticos, hemos decidido emprender una campaña de valores, una campaña por el bien común.
Durante una intensa jornada de tres días tuvimos el privilegio de escuchar a destacados panelistas que nos brindaron sus perspectivas y nos retaron a reflexionar profundamente sobre nuestro papel como legisladores. Juan Antonio López Baljard, consejero de Naciones Unidas y Director del Instituto de Política Familiar, nos planteó la pregunta esencial: “¿Qué es lo más importante para ti?”; mientras que Orlando Camacho, de la Fundación Freedom, visibilizó los desafíos en torno a la trata de personas y la vulnerabilidad de la niñez. También escuchamos a Karla Wheelock, coach y primera mujer mexicana en alcanzar la cumbre del Everest, quien desarrolló la inspiradora hipótesis de “Escalar tu propia cumbre”, y al Dr. José Antonio Lozano, director del sistema de la Universidad Panamericana y del IPADE, quien nos invitó a reflexionar sobre nuestro contexto global con su provocativa pregunta: “¿Dónde estamos globalmente?” y su análisis sobre el “Cambio de Época”.
Este encuentro no solo nos permitió conocernos mejor, sino también intercambiar experiencias y visiones desde nuestros diversos perfiles y trayectorias en el servicio público y social. Todos coincidimos en que es momento de dejar atrás la confrontación estéril y trabajar juntos por un México donde la justicia, la igualdad y la prosperidad sean realidades tangibles para todos. Sabemos que el periodo legislativo 2024-2027 presentará grandes retos, pero también lo vemos como una oportunidad histórica para consolidar los avances logrados y corregir los errores del pasado. La RAEP está lista para asumir este desafío, con la firme convicción de que, a través del trabajo ético y el consenso, podemos construir un país más justo y digno para todos.
Una agenda para el futuro. En esta reunión, delineamos una agenda que busca fortalecer las instituciones democráticas de México y promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos. Esta agenda se estructura en torno a tres ejes temáticos fundamentales:
1. Personas en situación de vulnerabilidad o exclusión: Este eje se enfoca en afirmar la dignidad de la persona en todas sus etapas y condiciones de vida, desde los enfermos terminales hasta los migrantes y las personas con discapacidad.
2. Libertades fundamentales: Aquí, nuestro objetivo es promover todas las libertades, con especial énfasis en la libertad de pensamiento, conciencia y religión; la libertad de expresión, y la libertad de prensa.
3. Institución familiar: Creemos en impulsar todo aquello que favorezca el desarrollo integral de los miembros de la familia y su institución como núcleo fundamental de la sociedad.
La RAEP comprende que la construcción de un México mejor no es una tarea exclusiva del poder legislativo. Es esencial que la ciudadanía se sume a este esfuerzo, participando activamente y convirtiéndose en agentes de cambio. Por ello, invitamos a todos los mexicanos a hacer suya esta agenda: que la discutan, la enriquezcan con sus ideas, y, sobre todo, que se involucren en su implementación, colaborando con los legisladores de sus ciudades o entidades federativas.
Estimados lectores, continuaré actualizándolos y compartiendo los avances de esta noble misión. A mi leal saber y entender, la RAEP no es simplemente una coalición de intereses políticos; es una iniciativa que nace de la convicción de que la política debe estar al servicio de la ciudadanía, y de que el poder legislativo tiene el deber de actuar con ética, transparencia y un profundo sentido de responsabilidad compartida.
Por ello, la RAEP se erige como un baluarte de la acción ética y del diálogo constructivo en pos del bien común, trascendiendo generaciones e instituciones. La quinta generación se declara lista para responder a este llamado, con un espíritu de unidad, consenso, y, sobre todo, con un profundo amor por nuestra nación.