Uno de los acontecimientos clave en el proceso de institucionalización de la agenda feminista, a nivel global, fue la organización de la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer (CMAIM) en 1975. México fungió como anfitrión de dicho evento ante la postulación de Luis Echeverría Álvarez para que la Ciudad de México albergara tal reunión. Resulta interesante analizar el discurso de Naciones Unidas en torno al papel de “la mujer” en el desarrollo y contrastar estas posturas con algunos posicionamientos emitidos por organizaciones no gubernamentales que formaron parte de la Tribuna del Año Internacional de la Mujer, con la finalidad de determinar en qué medida los planteamientos institucionales se alejaron de las demandas provenientes de la sociedad civil.
Desde la “Segunda Década del Desarrollo”, la agenda de género de Naciones Unidas comenzó a consolidarse con la propuesta de integrar a la mujer a los esfuerzos por aumentar el progreso económico y el nivel de vida del llamado “Tercer Mundo”. Más que buscar el fortalecimiento de la capacidad de agencia de las mujeres, su integración a las estrategias de desarrollo se concibió como un paso necesario para reducir los niveles de vulnerabilidad social de los países subdesarrollados, a través de programas de reducción de la pobreza y el control natal (Fuentes Peralta, 2014).
La relevancia que las mujeres adquirieron en las estrategias de desarrollo internacional se reflejó en la designación que realizó Naciones Unidas del año 1975 como el Año Internacional de la Mujer y la consiguiente celebración de la CMAIM. El enfoque “Mujeres en el Desarrollo (MED)” fue el resultado de este evento, el cual implicaba un marco de acción que sostenía que las políticas pronatalistas habían marginado la capacidad productiva de las mujeres y, por ende, su contribución efectiva a las estrategias de desarrollo, debido a que sólo se les valoraba por el trabajo doméstico y de cuidados que realizaban en el hogar. Tal enfoque institucionalizó las demandas de los movimientos de mujeres y los feminismos, el cual ha implicado la construcción de una manera de ver y entender la vida de las mujeres del entonces llamado “Tercer Mundo”, a partir de la visión de especialistas y profesionales provenientes de países desarrollados.
Este discurso tiende a generar representaciones sobre la vida y los problemas de las mujeres, que contribuyen a invisibilizar sus experiencias y, por tanto, a ignorar las soluciones que ellas brindan para mejorar sus propias vidas. Así, ante el anuncio de la organización de la CMAIM en la Ciudad de México, un grupo de feministas formó el “Frente de Mujeres contra el Año Internacional de la Mujer”, bajo el argumento de que la lucha por la igualdad de condiciones, sin cambios en el status quo, sólo contribuiría a perpetuar las desigualdades económicas, raciales y sexuales. (Olcott, 2017).
Posteriormente, en el foro paralelo de la CMAIM, en la Tribuna de las organizaciones no gubernamentales, fue posible que las voces de las mujeres de los países desarrollados y subdesarrollados se hicieran escuchar, ya que se pusieron sobre la mesa temas de discusión que no estuvieron considerados en la agenda de la Conferencia, como el aborto, la prostitución y el lesbianismo, cuestión que mostró la diversidad de problemas e identidades presentes en las narrativas de las participantes. Cabe tener presente que dicha diversidad se tradujo en polémicas entre las feministas del “primer mundo” y el “tercer mundo”. Por ejemplo, entre estas últimas existía la tendencia de sostener que el colonialismo y el racismo eran los problemas principales por los que las mujeres debían unir esfuerzos, mientras que para las feministas del Norte Global, independientemente de la etnia, el estrato socioeconómico, el país o el sistema político del que provenían, todas las mujeres estaban oprimidas y debían unirse por los problemas que ella consideraba comunes a la feminidad (Fuentes Peralta, 2008).
La oposición de las activistas al discurso institucionalizado de Naciones Unidas y el gobierno echeverrista llegó al grado de que, una semana después de la inauguración, un grupo de integrantes de la Tribuna, encabezadas por Betty Friedan, entregó a la Secretaría de la CMAIM un documento en el que se dejó de manifiesto que el Plan de Acción Mundial no reflejaba las necesidades más apremiantes de las mujeres en el mundo, como permitir a las mujeres de los países en vías de desarrollo intervenir en los programas que Naciones Unidas implementaba en sus territorios; el derecho a decidir sobre el número de hijos que se quiere tener y el derecho a la salud (Olcott, 2017).
En general, el consenso entre ambos bloques se tradujo en la oposición hacia el discurso de Naciones Unidas y su adopción por parte del discurso echeverrista. Ambas narrativas contribuyeron a delinear el papel que debían tomar las mujeres en el desarrollo de sus países; no obstante, la evidencia muestra que sus demandas e identidades van más allá de los discursos institucionalizados, lo cual debe servir como lección para el momento actual para no olvidar integrar en la discusión las voces de la sociedad civil organizada y, en especial, el activismo de las mujeres organizadas.
Referencias
Espinosa Damián, G., & Castañeda Pérez, G. (2010). Feminismo Civil. Los claroscuros de la institucionalización. En A. L. Jaiven & G. Espinosa Damián (Eds.), Un fantasma recorre el siglo: luchas feministas en México 1910-2010 (pp. 361-401).
Escobar, A. (2014). La invención del desarrollo. Editorial Universidad del Cauca.
Fuentes Peralta, P. (2014). Entre reivindicaciones sexuales y reclamos de justicia económica: divisiones políticas e ideológicas durante la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer. México, 1975. Secuencia, 89, 165-192.
Fuentes Peralta, P. (2008). La Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer y la Tribuna de las Organizaciones No Gubernamentales de 1975. Una aproximación a las discusiones en torno al género (Tesis de maestría). Universidad Nacional Autónoma de México.
García Prince, E. (2008). Políticas de Igualdad, Equidad y Gender Mainstreaming: ¿De qué estamos hablando?. Genera.
Olcott, J. (2022). Surfing The New Wave: International Women’s Year and the Geopolitics of 1970s Mexican Feminism. Korpus, 21(2:4), 201-218.
Olcott, J. (2017). International Women’s Year. The Greatest Consciousness-Raising Event in History. Oxford University Press.
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