Están por concluir los trabajos de otro Ayuntamiento en nuestra ciudad, y aunque se dio la reelección de la alcaldesa Alejandra Gutiérrez y de algunos otros ediles, vale la pena hacer un corte de caja y revisar algunos de los principales asuntos que quedan pendientes para el próximo trienio, así como los avances que se tuvieron en esta Administración.
Empecemos por los pendientes que se dejan, y que sin duda serán un reto para el Ayuntamiento que empieza el próximo 10 de octubre.
En el tema de seguridad se encuentran los mayores desafíos, pues si bien es cierto que los casi mil elementos que fueron dados de baja nos dejan una policía más limpia, también es una realidad que ahora tenemos una corporación insuficiente, pues la velocidad con la que la Academia genera nuevos elementos es lenta y tortuosa. Si no se alcanzan a graduar 1,500 cadetes en los próximos tres años, entonces el número de policías vigilando la ciudad seguirá siendo muy inferior a lo que necesita León, y en consecuencia, la delincuencia tendrá mayores márgenes para actuar.
De la mano de lo anterior está el reto de tener toda la ciudad cubierta con videovigilancia, hoy en día no llegamos ni al 50%, lo que, efectivamente, dificulta las labores de prevención y de seguimiento a los delitos. De nada sirve poder ubicar y seguir delincuentes, si fácilmente pueden esconderse en una ciudad que no está bien vigilada con cámaras.
Otro pendiente lo tenemos en Obras Públicas, es evidente que la coordinación de esta dependencia con otras como Implan, Desarrollo Urbano y Movilidad no ha sido la mejor y ha dificultado la conclusión oportuna de obras y proyectos de la ciudad. La nueva reestructura administrativa que está por aprobarse busca crear una nueva Secretaría de Infraestructura para resolver este problema, proponiendo al actual director de Obras Públicas como su titular; dándole una nueva oportunidad, pues ya en dos sucesos ha puesto en aprietos a la alcaldesa por su actuar sin criterio: en la poda de árboles del malecón, y por la tolerancia aplicada para sancionar oportunamente la celebración de una fiesta con alcohol y mujeres en su dependencia.
Otra área pendiente es la de movilidad, sin duda la comodidad y tiempos de traslado de los ciudadanos que utilizan el transporte público sigue siendo indigna para miles de leonesas y leoneses. Tanto la autoridad como los empresarios deben establecer acuerdos que resuelvan esta problemática y pongan al ciudadano como centro y eje de todo, y que no simplemente el asunto busque resolverse con un ajuste tarifario en donde los concesionarios tienen la ventaja, pues el Municipio dejó llegar un manejo monopólico del sistema de transporte.
Por supuesto que el tema del agua sigue siendo un gran pendiente, y aunque ahí el Municipio no tiene toda la solución, sí requiere de excelentes oficios con las autoridades estatales y federales para cristalizar el gran proyecto y recursos que son necesarios.
Hay varios directores y titulares de dependencias y entidades que requieren un cambio, empezando con el Instituto Municipal de la Juventud, que se ha convertido en un organismo de operación y propaganda política, que en uno que fomente el crecimiento de los jóvenes, además de que las denuncias por acoso laboral caen por cascada en la Contraloría municipal, ese director es insostenible.
Seguramente hay muchos otros pendientes que se quedan sin resolver, y no se pretende minimizarlos, pero lo cierto es que una ciudad como León es tan dinámica, que siempre tendrá áreas de oportunidad sobre las cuales trabajar.
La próxima semana hablaremos de los avances que se tuvieron en esta Administración.