Está por comenzar un nuevo sexenio para Guanajuato. El PAN ganó la elección estatal, pero en realidad perdió un enorme trozo de su antiguo poder, lo que condiciona, en muchos aspectos, su nueva gestión. Pongamos el ojo en ello.
El Poder Judicial estadual pronto se verá alterado por la reforma que se encuentra en camino. El control grosero que se ha venido aplicando por el ejecutivo en turno, pronto terminará, ante la populista elección de jueces y la incierta reconformación judicial. Aún no atisbamos el comienzo de estos cambios, pero vienen. Esto morderá una parte importante del poder que ilegalmente los gobernadores han usufructuado.
En el Poder Legislativo el PAN ha perdido su supermayoría y para todas las votaciones calificadas, como lo será la designación de la Secretaría de la Honestidad, deberá contar con la aquiescencia de Morena y sus aliados. Pero hay otro detalle que es importante sopesar: la diputación azul no podrá mayoritear impunemente a la oposición. Estarán tratando con el partido que posee todo el poder federal. Si quieren guerra, la tendrán. Por lo tanto, lo más seguro es que veamos cambios radicales en el espacio parlamentario, en donde desde hace años priva un tremando desdén por la oposición, mientras la bancada azul expele soberbia por todos sus poros. La fiesta se les terminó.
En el Ejecutivo enfrentarán cambios profundos. La nueva gobernadora asume el cargo acotada. Los temas de seguridad y de agua la mantendrán condicionada en su actuar. Ambos asuntos no pueden ser resueltos sin la cooperación federal. Claudia Sheinbaum posee ambas llaves y el tributo que exija para utilizarlas puede ser enormemente costoso para el funcionariato panista. El poder se les diluye, va un ejemplo: viene un nuevo fiscal autónomo, enviado desde el centro. La gobernadora quedará a su merced, así como toda la clase política del Bajío, ante la supervisión de una fiscalía anticorrupción que pueda actuar bajo consigna. Estarán vigilados. La Secretaría de Seguridad es parte del acuerdo. Omar García Harfuch está colocando sus piezas echando mano de sus compañeros de la vieja Policía Federal. El poder de la gobernadora será muy relativo en estos ambientes. Gobernará pero no mandará.
El nuevo gobierno no vivirá una luna de miel. Nace con cargas políticas pesadas sobre sus hombros. La más onerosa es Celaya, comunidad indignada por el abandono del actual gobernador, mientras la matazón cundía por doquier. Los celayenses están hondamente heridos con el gobierno estatal, restañar esas heridas será muy complicado si no imposible. Muchos grupos de la sociedad civil, también resultaron lesionados por la pretendida desaparición del Fidesseg, el fideicomiso para financiar obras, proyectos y acciones para el desarrollo social. Con pisada de paquidermo, Diego Sinhue le sembró un conflicto innecesario a Libia. Entre los migrantes, que aportan la friolera de más de 100,000 millones de pesos a Guanajuato, han corrido también los agravios. La desaparición de la Secretaría del Migrante enojó a una agrupación brava y organizada. ¿Qué necesidad? ¿De quién fue la ocurrencia de desaparecer esa instancia? A Guanajuato capital lo encontrarán destartalado luego del terrífico desgobierno de Alejandro Navarro. Tratándolo como socio de negocios y no exigiéndole como autoridad local, desde Palacio de Gobierno fueron pacientes y tolerantes ante sus desvaríos. Samantha Smith no entusiasma por más fotos y videos que publique en redes sociales, para intentar convencer a sus vecinos de sus buenas intenciones. La frágil convivencia entre la gobernadora y la alcaldesa capitalina, se verá empañada por cada traspiés de la arquitecta Smith. Ya viene el primero.
Sin embargo, la relación más tensa será entre la presidenta municipal de León y Libia Dennise. Contrapunteadas por la misma candidatura, Alejandra Gutiérrez cuenta con una larga experiencia administrativa, pero también ha sido diputada federal y estatal. La asimetría entre ambas puede ampliarse, si la maltrecha administración estatal que hereda la nueva gobernadora no muestra talento y conocimiento. Entre ellas habrá buenas caras, pero, empañando todo, está la pésima decisión de futurear, queriendo imponer un candidato sinhueista, como siguiente alcalde de León. Seguro habrá fuego.
En la zona panícola, Libia cometió un costoso error. Comprometió su respaldo a un Comité del PAN estatal, burdo, deslegitimado y vanidoso. El nuevo Comité fue nombrado por aclamación unánime de su Consejo, al más puro estilo soviético. La democracia interna la mandaron al carajo. Bajo esas groseras prácticas los negativos se incrementarán conforme pase el tiempo. ¿No se han percatado de la agudísima crisis en el PAN? Ni siquiera, a nivel nacional, Romero y su cargada, se atrevieron a designarse sin una elección de por medio. En Guanajuato, el dedazo vil fue el medio para colocar a incondicionales, ambiciosos e ineptos, a la cabeza de la institución. Así comenzamos.
RAA