MUY REVELADORA resulta la ausencia del gobernador Rubén Rocha Moya de dos de las fotos más emblemáticas de los últimos días. Una fue la que se tomaron los gobernadores de la 4T con AMLO y con Claudia Sheinbaum en el Tren Maya.
LA OTRA es la que ayer se difundió de las y los mandatarios guindas a los nuevos jerarcas del partido: Andrés López Beltrán y Luisa Alcalde, luego de que fueron ungidos en el Congreso Nacional de Morena.
LO LÓGICO sería pensar que el gobernador no estuvo en ambos lugares por atender concienzudamente los problemas de Sinaloa, pero la realidad es que ya se sabe que no suele estar en su estado en los momentos clave.
HAY QUIENES dicen que Rocha Moya conversó largo con Sheinbaum sobre su futuro en el gobierno estatal. Y que le fue sugerido no acudir a ninguno de los eventos públicos, por lo que muy a su pesar se perdió la despedida del padre y la bienvenida del hijo.
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POR CIERTO que el nombramiento de Andrés López Beltrán como secretario de Organización de Morena es, simple y sencillamente, formalizar una función que ha venido desempeñando desde mucho antes de que su padre fuera electo Presidente de la República.
PARA NADIE es secreto que “Andy” era quien representaba a AMLO en las negociaciones de candidaturas externas en 2018; y quien daba visto bueno a las listas de aspirantes a alguna postulación. Incluso se le atribuye influencia en nombramientos de Secretarios y Subsecretarios de Estado. Difícilmente alguna decisión del movimiento no pasaba por sus manos.
Y AUNQUE ayer fue muy claro en respetar la jerarquía de Claudia Sheinbaum como el relevo generacional de la 4T, es evidente que López Beltrán será uno de los principales factores de poder en el próximo gobierno. Y si no lo creen, nomás vean cómo opacó el nombramiento de su “jefa”, Luisa Alcalde, robándole todos los reflectores.
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LOS ASALTOS en carreteras, especialmente a los camiones de carga, se han convertido en uno de los más graves reclamos de la iniciativa privada, al grado de que la inseguridad de las mercancías desalienta la llegada de inversiones y, por tanto, amenaza el nearshoring.
Y SI ALGUIEN sabe de esos temas es Juan Carlos Muñoz Márquez, el empresario transportista guanajuatense, quien le puso nombre y apellido al problema. Dijo que la Guardia Nacional fracasó en dar seguridad en las carreteras. ¿La razón? Porque los militares no estaban capacitados para esa función, ni les interesó aprender los protocolos y reglamentos que rigen al transporte.
EL PRESIDENTE del Consejo Mexicano del Transporte se aventó inclusive a señalar que, pese a todas las quejas, la Policía Federal de Caminos sí era un cuerpo especializado, que es lo que a su juicio hace falta para ofrecer seguridad en las carreteras.