Por cada promesa hay un precio que pagar”.
Jim Rohn
La doctora Sheinbaum nos ha recetado un tratamiento de “más de lo mismo”. No sorprende. Las políticas del expresidente López Obrador redujeron la pobreza y le dieron a la propia Sheinbaum una contundente victoria electoral en este 2024. Si la estrategia está funcionando, ¿para qué cambiarla?
Quizá porque no está funcionando, por lo menos no de la manera en que afirma el gobierno en su propaganda. La economía mexicana ha tenido en el sexenio 2018-2024 el crecimiento más lento, 0.8 % al año, desde el gobierno de Miguel de la Madrid. Como este crecimiento ha sido menor que el de la población, el PIB per cápita real cerrará este 2024 abajo de 2018. Mucha gente está recibiendo transferencias del gobierno, pero eso no significa que la economía esté prosperando.
Si no hay crecimiento, tarde o temprano el Estado se quedará sin dinero para repartir. Ya el gobierno de López Obrador se apropió de muchos de los fideicomisos y fondos de ahorro creados por los gobiernos liberales y gastó los recursos. El Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, por ejemplo, pasó de 316 mil millones de pesos en 2018 a 49 mil millones de pesos en 2024. El Fonden, el Fondo de Desastres Naturales, tenía 41 mil millones de pesos en 2018, pero en 2021 López Obrador lo desapareció. En ese año, de hecho, el Congreso morenista extinguió 109 fideicomisos para que el gobierno se apropiara de 68 mil millones de pesos.
El régimen no solo se acabó los ahorros, sino que además está incrementando el déficit de presupuesto y, en consecuencia, la deuda pública. Los requerimientos financieros del sector público alcanzarán en 2024 el 5.9 % del PIB, muy arriba del 2.1 por ciento que heredó AMLO en 2018. La deuda neta del sector público ha pasado de 10.8 billones de pesos en el cuarto trimestre de 2018 a 16.1 billones de pesos en el segundo trimestre de 2024. Es un aumento de 51.8 % en términos nominales.
Los programas sociales han tenido un crecimiento particularmente importante en el gasto público. El exsubsecretario de egresos de la Secretaría de Hacienda, Juan Pablo de Botton, afirmó en la mañanera del 1 de agosto de este 2024 que el gasto en programas sociales pasó de 329,569 millones de pesos en 2019, primer año de López Obrador, a 741,194 millones en 2024. Estas cifras son en pesos de 2024, es decir, está descontada la inflación. Se trata así de un incremento de 131 % en términos reales. El programa social más oneroso es la pensión para adultos mayores, que alcanzó 465,049 millones de pesos en 2024, 224.9 % real más que en 2019, pero hay muchos más. Además, estos programas han sido garantizados ahora en la Constitución con la promesa de que no caerán por debajo de la inflación. La presidenta Sheinbaum ha ofrecido añadir nuevos programas a la lista.
El problema es que para que los costos crecientes de los programas sociales no terminen por quebrar al gobierno, la economía nacional debe crecer con mayor rapidez. El 0.8 % anual no es suficiente. Para crecer más el régimen tiene que lograr un aumento importante en la inversión privada; la inversión pública no solo es insuficiente, sino que no es rentable, por lo que se convierte en un lastre para la economía en lugar de ser un impulso para el crecimiento.
Son muy claras las razones por las que el gobierno de Claudia Sheinbaum quiere seguir subiendo el gasto social. Esta es la forma en que AMLO y Morena han obtenido los votos que les han permitido lograr un control absoluto de las instituciones políticas del país. Pero si no encuentran alguna forma de generar crecimiento que permita financiar los programas sociales, se quedarán al final con un gobierno en quiebra.
Militarización
Paradoja. Por una parte, el gobierno ofreció ayer una “sentida disculpa pública” a las víctimas de la matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, perpetrada por militares, pero por la otra ha decretado la militarización no solo de la Guardia Nacional sino de muchas otras actividades gubernamentales.
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