SEGÚN el diputado morenista Pedro Haces, líder sindical de la Catem, en México los jóvenes “quieren trabajar 12, 15 horas” diarias. O al menos eso anduvo diciendo ayer en San Lázaro para tratar de justificar el frenón a la semana laboral de 40 horas.
EN SU CONSIDERACIÓN, la iniciativa de reducción de la jornada puede ser contraproducente porque incrementará costos en empresas que tendrán que pagar horas extras.
LLAMA LA ATENCIÓN que tanto el dirigente obrero como Ricardo Monreal de plano descartaron la reforma. El propio coordinador de la bancada de Morena dio a conocer que el dictamen ya quedó debidamente sepultado… pese a que la mismísima presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió en el Zócalo a sacar adelante el asunto de forma paulatina, para no afectar de golpe a las empresas. ¿Será acaso la primera rebelión en la granja en el sexenio? Es pregunta.
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LOS SENADORES Alejandro González Yáñez (PT) y Armando Ayala (Morena) presentarán la iniciativa para crear una Secretaría del Agua a nivel federal.
LA IDEA se inscribe dentro de un proyecto más amplio de reforma en materia de agua, que está causando inquietud tanto a expertos como a activistas ambientales y hasta empresas. Les preocupa que se apruebe una nueva Ley de Aguas Nacionales sin consenso alguno de la comunidad científica, pero sobre todo, sin tomar en cuenta los aspectos técnicos que exige un tema que importa y afecta a todas las personas.
LO QUE NO ESTÁ claro es si esta iniciativa tiene la bendición oficial. Cierto es que el tema del agua es prioritario para la Presidenta, que incluso en sus 100 compromisos de gobierno dijo que este mismo mes iniciaría un programa para ordenar concesiones y transmisión de derechos de agua.
EL SENADOR Ayala ya enfrentó un grave problema de escasez de agua cuando fue alcalde de Ensenada y no parece ajeno al tema. Los críticos de la iniciativa opinan que tanto el caso Nuevo León, así como la crisis de desabasto este año en la CDMX, son ejemplos de cómo el problema del agua desborda los cauces de la politiquería.
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CON TODO y que la aplanadora de la 4T aprobó la polémica reforma judicial, el conflicto está lejos de haber terminado. Los amparos y suspensiones de jueces y magistrados siguen siendo emitidos tanto para el Ejecutivo como para el INE, que está preparando la elección del próximo año.
A ESO se suma la protesta de trabajadores del Poder Judicial federal que no han levantado el paro de labores, tienen detenidas las actividades en los juzgados y están pidiendo diálogo directo en Palacio Nacional.
PARA los morenistas y sus aliados, se trata de puras patadas de ahogado. Pero para todas esas personas que sienten que está en riesgo su trabajo y su sustento, se trata de algo mucho más grande que una mera protesta. Falta ver quién en el nuevo gobierno tiene la sensibilidad política de atender el asunto.