FUE PÚBLICO que el edil asesinado Alejandro Arcos solicitó apoyo para reforzar la seguridad en su municipio. Inclusive reveló que había llamado a la gobernadora Evelyn Salgado, pero nunca le contestó el teléfono.

YA HABÍAN OCURRIDO en una semana dos asesinatos de sus colaboradores y no se veía una reacción del gobierno estatal ni del federal. La mesa de seguridad en Guerrero y la misma del Gobierno federal no actuaron y dejaron a la deriva al alcalde… quien sostenía encuentros con grupos delictivos, que parece lo “normal” para que un funcionario pueda ejercer el cargo.

EL DOMINIO de grupos criminales como “Los Ardillos” o “Los Tlacos” en la zona centro de Guerrero no empezó ayer. Se conoce desde hace años y ni gobiernos perredistas, priistas y ahora el morenista han hecho algo contundente para ponerles un alto.

NO EXISTIÓ RESPUESTA oportuna y hasta ahora en ninguno de los tres crímenes se ha detenido a los culpables. Lo que urge reparar es el abandono de las autoridades a la población de Chilpancingo, impedir la impunidad y desarticular a los generadores de la narcoviolencia.

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SEA COMO SEA, las piezas del rompecabezas en el terrible asesinato de Alejandro Arcos forman un mapa desolador. El alcalde al parecer conocía a sus victimarios y había sostenido tratos para responder a exigencias criminales.

EL TIPO de ejecución ha levantado una gran indignación en distintos sectores de Chilpancingo y consternación internacional. Mañana está convocada una concentración para exigir castigo a los culpables y el esclarecimiento del crimen. Al frente de la manifestación estará la viuda de Arcos, a quien algunos ven como posible relevo en la alcaldía.

SIN EMBARGO, el suplente, Gustavo Alarcón, está más que puesto para tomar la presidencia municipal, pero la decisión es del Congreso estatal, donde la mayoría es de Morena.

ALARCÓN es un veterano político y es identificado con el polémico ex gobernador priista Rubén Figueroa. Habrá que esperar la decisión en el Congreso, si se inclina por la viuda o por un político de la vieja guardia.

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LA PRESENCIA en el Senado de la Ministra Presidenta, Norma Piña, no es un asunto menor. Abre una rendija para una negociación política que atempere los caldeados ánimos alrededor de la reforma judicial y la tirantez en la relación entre los tres Poderes.

LA TITULAR de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, ya ha tenido contactos con Piña. Y el encuentro de la Ministra ayer con los morenistas en el Senado, como Gerardo Fernández Noroña y Adán Augusto López, amplía los contactos. Ojalá que no sea solo para la fotografía, sino que sea base para acuerdos benéficos y sólidos.

 

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