La corrupción es simplemente el privilegio de los poderosos.”

Alejandro Dumas

 

Hace menos de un mes, algunos medios de comunicación reportaron que Sasil De León fue la estrella de un escándalo de prepotencia: en estado de ebriedad, amedrentó al personal de un bar en la Ciudad de México mientras gritaba a los cuatro vientos que ella era la ¡senadora de Morena por Chiapas!

La verdad, el tema pudo haber sido un bulo, un golpe bajo entre la mafia política, porque más allá de testigos anónimos citados en algunas notas, no hay ningún video que demuestre nada en la era donde todos graban videos.

Lo que no fue bulo fue lo que pasó días después del supuesto incidente, cuando De León apareció en el Congreso Nacional de Morena luciendo tres pulseras de Van Cleef & Arpels con un valor aproximado de 337 mil pesos en conjunto, ¡vaya ejemplo de austeridad republicana!, máxime viniendo de uno de los estados más pobres del país.

Y es que no están saliendo bien las cosas con Sasil de León Villard, la fracasada aspirante a gobernar Chiapas y hoy nuevamente senadora que ahora ha encendido el enojo de la comunidad LGBTQ+ al despojarles de una diputación local en su estado para colocar en el cargo a su cuñada, Sahara Munira José Flores.

La legisladora, con un historial de señalamientos que se remonta a sus tiempos en la administración estatal, ha usado su posición para despojar de sus derechos a los más vulnerables. Y es que no sólo usurpó una diputación destinada a la representación de la diversidad sexual, sino que también colocó en la legislatura local a María Isabel Rodríguez, su otra cuñada y suplente en la pasada Legislatura, ocupando un lugar que debería pertenecer a la comunidad indígena.

El caso de Sahara Munira es el ejemplo más reciente de la manera en que opera la senadora. En un movimiento lleno de truculencias, primero registró a la activista María Teresa Campos, representante de la diversidad sexual, como titular, y a Sahara Munira, su cuñada, como suplente. Una vez definida la diputación plurinominal dio vuelta a la jugada: colocó a su cuñada como diputada propietaria y relegó a Campos a suplente. La comunidad LGBTQ+, como era de esperarse, reaccionó con indignación.

El 23 de septiembre, el Tribunal Electoral del Estado de Chiapas determinó que la adscripción de Sahara Munira a la comunidad LGBTQ+ era “simulada y fraudulenta”, y restableció el derecho de Campos a la diputación. Sin embargo, fiel a su estilo, De León no se conformó: recurrió a la Sala Xalapa, que en sesión exprés revocó la sentencia y dejó el cargo en manos de su familia.

Lo más preocupante no es solo el despojo, sino el historial que precede a esta maniobra. Más de una decena de familiares de Sasil de León se han beneficiado del erario en Chiapas con un descaro tan variopinto que va desde regidurías o direcciones en distintos municipios hasta contratos millonarios en obras públicas.

De hecho, la senadora no es recordada en su tierra por grandes obras sociales, sino por las auditorías pendientes. Durante su gestión y la de sus familiares al frente de la Secretaría de la Mujer, la Auditoría Superior de la Federación observó irregularidades por más de 680 millones de pesos. La transformación de la 4T, en manos de esta senadora, parece más bien la confirmación de que el cambio solo ha sido de nombre y de colores, pero el fondo sigue siendo el mismo.

 

De colofón

 

La primera semana de la presidenta Sheinbaum cerró con claroscuros, se percibe un poco más de certezas y un poco menos de ideologías, hay ánimos de diálogo y apertura.

Por desgracia, el golpe de realidad en materia de seguridad fue brutal, ya no pueden seguir culpando a Calderón, se acabaron los pretextos históricos.

Hasta ayer, el sexenio llevaba más de 700 asesinatos, un promedio de 80 por día, a los que se sumó el del joven empresario de Mexicali, Omar Flores.

Ojalá que tenga éxito la presidenta en esa tarea. La paz no puede ser ningún botín político.

 

@LuisCardenasMX

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