CON LA SERIEDAD de una kermés sabatina, el Senado de la República inició con una tómbola el desmantelamiento del Poder Judicial, tal como lo conocemos ahora. Y mañana con el lanzamiento de la convocatoria para las elecciones del próximo año seguirá ese proceso.
SE TRATA de 850 plazas que serán renovadas en las urnas: 464 de magistrados de circuito y 386 jueces de distrito. Esos son los números fríos, pero en la vida real significa el despido de 711 mujeres y hombres, salvo que algunos decidan competir en las elecciones de 2025.
NO IMPORTA cómo llegaron a sus cargos, cuál es su capacidad, qué tan honestos son ni cuál ha sido su desempeño en tribunales y juzgados. Se van y punto.
EL ASUNTO es ¿qué sigue? En junio de 2025 se elegirán esas 850 plazas y habrá que ver si algunos grupos de abogados y expertos deciden dar su batalla, porque lo que queda claro es que se corre el riesgo de que solo sean electos juzgadores de una sola tendencia.
SEGURAMENTE quienes no quieran un Poder Judicial monocolor prepararán a sus propios candidatos y estrategias para tratar de ganar tantas posiciones como sea posible.
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CON TODO y que la reforma sobre transgénicos fue retirada en la Cámara de Diputados, quienes saben cómo se cocinan las cosas en San Lázaro dicen que nadie debería cantar victoria.
ESPECIALMENTE entre los grupos empresariales hay alegría, pues la reforma se habría convertido en un problema para mantener la productividad en el campo. Sin embargo, creer que el actual gobierno la va a mandar a un cajón es no haber aprendido nada en los últimos seis años.
DE ENTRADA, porque la propia presidenta Claudia Sheinbaum ha sido muy clara y contundente en su rechazo a los transgénicos. Y, en segundo lugar, porque los sectores más radicales de Morena no permitirán que les arrebaten una bandera así tan fácil.
ASÍ QUE por más que la pretendida reforma vaya inclusive en contra del T-MEC, más valdría no darla por muerta.
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FUERTE, MUY FUERTE estuvo el discurso del cónsul de España en Guadalajara, Guillermo Martínez-Correcher, con motivo de la celebración del Día de la Hispanidad. Y es que tras hacer un detallado recuento histórico de las relaciones con México, tocó el tema del que nadie quería hablar.
DIJO QUE, tristemente para ellos, la toma de posesión de Claudia Sheinbaum no fue “la ocasión para reconocer y fortalecer esos lazos de amistad y cooperación”.
Y AUNQUE no se refirió directamente a las exigencias presidenciales de disculpas por parte de España, consideró que es una incongruencia juzgar la historia con criterios morales contemporáneos.
CLARO QUE no todo fue reclamo, pues al final hizo votos porque ambos países retomen el respeto mutuo y la amistad, “lo antes posible”. Pero queda claro que del lado español, el episodio no ha sido superado.